Este artículo se publicó hace 14 años.
Picantes consejos de la presidenta argentina disparan el debate sobre el "cerdo afrodisíaco"
Los consejos de la presidenta argentina, Cristina Fernández, sobre los efectos positivos de la carne porcina en la vida sexual han disparado un insólito debate sobre los alcances afrodisíacos del cerdo.
Distendida y ante una audiencia, en su mayoría masculina, que la escuchaba circunspecta, Fernández hizo este miércoles una revelación inesperada: "la ingesta de cerdo mejora la actividad sexual".
A renglón seguido, la presidenta se confesó "fanática de la carne de cerdo" y dijo que es "mucho más gratificante comerse un cerdito a la parrilla que tomar Viagra".
Y embalada ante el aplauso de la audiencia, se despachó con otra confesión: relató que en su último fin de semana con su antecesor y esposo, Néstor Kirchner, en su residencia en la sureña villa turística de El Calafate degustaron un "impresionante" cerdo a la parrilla con resultados óptimos.
"¡Anduvo todo muy bien el fin de semana, así que puede ser que tengan razón!", dijo Fernández, risueña.
No contenta con ello, volvió a la carga con sus recomendaciones, ésta vez carne de pollo, de la que elogió sus propiedades adelgazantes aunque reconoció que "tal vez no sea afrodisíaca como los cerditos".
"A lo mejor comer pollo nos hace volar también", acotó la mandataria en un acto público para continuar con los animales que degusta en la mesa.
Según el titular de la Asociación de Productores Porcinos, Juan Luis Uccelli, la carne de cerdo "no es afrodisíaca" pero sí "mejora la vida sexual" y en países con alto consumo de este producto "tienen una sexualidad mucho más armoniosa que la que tenemos los argentinos".
"Los trabajos que tenemos de Dinamarca y Japón hablan de que mejora la vida sexual, pero no hace milagros", sostuvo el titular de la asociación, que busca que el consumo en el país pase de 6 a 16 kilos anuales por habitante, en declaraciones a medios locales.
Para el sexólogo Adrián Sapetti detrás de los consejos presidenciales sólo hay "una estrategia de ventas" que favorece a la industria porcina.
"No hay ningún dato que diga que la carne de cerdo mejore la vida sexual", dijo el experto a periodistas .
El jefe del departamento de Disfunciones Sexuales del porteño hospital Durand, Amado Bechara, coincide en que "no hay ningún estudio de investigación que demuestre que la carne de cerdo mejora notablemente la actividad sexual".
Lo cierto es que en el país de mayor consumo mundial de carne bovina, las sugerencias de Fernández se han vuelto el comentario del día en radio, televisión e internet.
A las picantes recomendaciones presidenciales de este miércoles se sumaron las de otros hombres de la vida pública argentina, divididos entre quienes se harán adictos al cerdo y los que aseguran que les sobra vigor como para necesitar "incentivos porcinos".
"A partir de ahora empezamos a comer chancho mañana, tarde y noche. Voy a desayunar lechón", se entusiasmó Hugo Moyano, titular de la Confederación General del Trabajo, la mayor central obrera del país, un aliado al Gobierno de Fernández.
Con aires de superación , en cambio, el alcalde de Buenos Aires, el opositor y conservador Mauricio Macri, aseguró a medios locales que dejó "de comer cerdo porque tenía mucha energía".
Quien aún no se ha pronunciado sobre los placeres de la carne de cerdo es el propio Néstor Kirchner, un promotor público del cordero patagónico.
En todo caso, como dijo la presidenta, "con probar, no se pierde nada, así que vamos adelante".
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