Este artículo se publicó hace 15 años.
Piden el reconocimiento para una obra de El Greco encontrada en Polonia hace 45 años
Hace 45 años dos historiadoras polacas hicieron el gran descubrimiento de su vida, un cuadro de El Greco perdido en las paredes de una parroquia rural de Polonia, un hallazgo sorprendente en este país que, sin embargo, nunca ha tenido reconocimiento por parte de los expertos internacionales.
Aquellas jóvenes historiadoras son hoy dos ancianitas que siguen recordando al mundo que en un museo del este polaco cuelga una imagen de San Francisco pintada por el artista Doménikos Theotokópoulos (1571-1614), nacido en la isla de Creta y afincado en España durante la mayor parte de su vida, donde se le conocía como El Greco.
"Esperamos que gracias a la prensa, el público y los expertos conozcan al fin la existencia de este cuadro", explicó a Efe Izabella Galicka, quien junto con su compañera Hanna Sygietynska descubrió este lienzo en una pequeña iglesia de Kosow Lacki (este de Polonia).
Galicka cree que la tela acabó en esta parroquia rural a principios del pasado siglo, cuando el sacerdote pidió a su primo que adquiriese en Varsovia un lienzo en el que se representase a San Francisco, patrón del templo.
"Hasta donde sabemos parece que fue comprada en un anticuario de Varsovia, pero en aquel momento la firma que figuraba no era la de El Greco, sino la del pintor flamenco Van Dyck", asegura la historiadora, que habla de la pintura con el mismo cariño con el que hablaría de un miembro de su propia familia.
"Es increíble que una obra de El Greco se encontrase en nuestro país, aunque no sabemos cómo llegó hasta aquí", reconoció a Efe la conservadora del museo diocesano de Siedlce (este de Polonia), Dorota Pikula, donde desde 2004 se expone este cuadro ante el asombro de miles de visitantes.
Pikula se une a los lamentos de las dos veteranas historiadoras y reclama la atención internacional para lo que se ha convertido en el orgullo de esta ciudad polaca, un cuadro pintado por uno de los artistas más importantes del mundo.
El descubrimiento fue tan inesperado que incluso hoy no deja de sorprender a sus protagonistas, que en 1964 realizaban un inventario de las obras de arte eclesiásticas en la región de Mazowia cuando, de repente, se toparon con el óleo, oscurecido y olvidado en la pared de una de las estancias de la parroquia.
Tras su restauración en los años 70 se descubrió que bajo la firma del pintor holandés se encontraba el nombre de Doménikos Theotokópoulos, lo que disipó todas las dudas sobre la autoría de una tela que, como recuerda Galicka, era a todas luces una pintura del cretense.
Antes de esa confirmación final, tan sólo algunos meses después del descubrimiento, las dos historiadoras mandaron fotografías ampliadas y una carta explicativa al experto del Instituto Amatller de Barcelona, José Gudiol, quien les respondió que la obra reunía todas las características de un trabajo de El Greco o de sus discípulos, que podría fecharse en el último cuarto del siglo XVI.
El lienzo, que tiene un tamaño de 104 x 75 centímetros, permaneció escondido desde entonces ante el temor de la Iglesia de que fuese confiscado por las autoridades comunistas, unos años oscuros en los que sólo un puñado de personas conocían la verdad sobre este "Éxtasis de San Francisco".
Hoy cualquiera puede viajar hasta Siedlce y apreciar una obra de El Greco en plena campiña polaca, aunque en esta ciudad siguen esperando la visita de los expertos internacionales, de los especialistas en arte y, sobre todo, el reconocimiento del mundo.
Nacho Temiño
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