Este artículo se publicó hace 15 años.
Con un pie en el deporte y otro en la moda más cool
Las razones por las que una marca deviene en objeto de culto para los amantes de la moda son un misterio. Es posible que Xavier Berneda, director de marketing de Munich, conozca el secreto gracias al cual su empresa pasó de fabricar zapatillas de deporte para un público muy específico a convertirse en una marca de referencia en el competitivo mundo del streetwear, la ropa de calle; pero él, simplemente, alega que sus zapatillas "aportan algo diferente".
Quizá haya ayudado el hecho de que no son muchos quienes asocian la marca Munich a una empresa española (fue bautizada así en los añossesenta, por la buena fama de los productos alemanes), así como que en Italia sus zapatillas estén consideradas entre las más cool. De hecho, este es el mercado más importante de la empresa, con casi 9 millones de euros de ventas al año, alrededor del 40% del total.
En 2002, relanzó un modelo de fútbol sala creado en 1978 y fue un éxito
A contracorriente
Frente a la fría estadística que asegura que sólo el 10% de las empresas familiares siguen siéndolo en la tercera generación, Xavier Berneda es nieto del fundador de la compañía, creada en las postrimerías de la Guerra Civil en Sant Boi de Llobregat.
"Cuando era pequeño relata mis compañeros de colegio se metían conmigo porque mi calzado era siempre de la misma marca. Ahora todos me llaman para ver si les puedo patrocinar".
Junto a su hermano, Xavier Berneda es responsable de la apuesta estratégica que cambiaría para siempre la imagen de la compañía y que supuso que sus zapatillas pasasen de las pistas de fútbol sala a los escaparates de las avenidas más chic del planeta. "Había llegado el momento de hacer algún cambio para seguir creciendo y decidimos entrar en el campo del streetwear, adaptando algunos de nuestros modelos a la calle".
Así, además de los 325.000 pares de calzado deportivo que confeccionaban anualmente en aquella época, Munich decidió lanzar una línea de alta gama, pensada para otro tipo de público.
La zapatilla elegida fue su modelo Goal, diseñada por primera vez en 1978 para chutar balones de cuero. En 2002 decidieron reeditarla con algunas modificaciones. El éxito fue inmediato: actualmente cuenta con 400 modelos unisex diferentes y sus materiales y colores mudan cada temporada. A ese modelo le siguieron la reedición de una zapatilla de atletismo y una versión callejera del calzado específico para el taekwondo.
Progresivamente, la empresa tuvo que ir incorporando a su plantilla un nuevo perfil de empleado: el coolhunter, la persona especializada en identificar tendencias de moda para elaborar nuevos diseños.
Sin embargo, Munich no ha perdido de vista el espíritu deportivo que impulsó a la marca desde sus comienzos. En la Primera División de la Liga Española son varios los jugadores que calzan botas Munich, pero es en el campo de fútbol sala donde la marca es un verdadero referente.
La filosofía de la compañía también continúa anclada en el deporte, como resume su responsable de marketing: "Nuestra competencia no son otras marcas de zapatillas, sino los videojuegos, las pocas horas de deporte presentes en la escuela y la obesidad infantil".
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