Este artículo se publicó hace 17 años.
Pilar Bardem, la hermana Luisa en "La sospecha"
Pilar Bardem vuelve al teatro para encarnar a la directora de un colegio religioso que se enfrenta a un posible caso de pederastia en "La sospecha", una obra de John Patrick Shanley "necesaria", según la veterana actriz, que se pone a las órdenes de la directora Natalia Menéndez.
"La pederastia existe, es real y no hay que cerrar los ojos", pero también existen "juicios paralelos y prejuzgar nos puede llevar a equivocarnos", advierte Pilar Bardem en una charla en la que conversa con la directora de escena y con Efe.
Natalia Menéndez fue quien le ofreció este papel después de leer el texto y aventurarse a ponerlo en escena -sólo tardó dos horas en decidirse- porque, según afirma, necesitaba una actriz que tuviera una idea del compromiso por experiencia personal, propia, y además que gozara de sentido del humor y capacidad para la ironía.
"Me quedé tocada al leerla. Me pareció una obra necesaria de hacer", explica la reconocida artista, que aparece con sus inseparables anillos y quien confiesa, además, una "cierta conjunción planetaria": "La sospecha" se estrena el jueves 26 de octubre en el Hotel Principal de Alicante y finalizará su gira en febrero de 2008 en el Teatro Infanta Isabel de Madrid, donde La Bardem "echó a andar con un año".
En "La sospecha" encarna a la hermana Luisa, la directora de un colegio que acusa al cura más popular del centro de pederastia, pero sin pruebas, después de ser avisada de la actitud extraña de un niño que ha estado en la sacristía con él.
La actriz, para defender cada palabra sobre el escenario, se ha construido todo un pasado para su personaje, una mujer que estuvo casada pero que perdió a su marido en la II Guerra Mundial, y que es religiosa por una vocación tardía.
"En los valores sustanciales que encarna la hermana Luisa en el montaje, estoy de acuerdo", añade después de recordar, con ironía, que acabó el colegio con votos hechos a la Madre Teresa de Calcuta, según confiesa en el libro "La Bardem. Mis memorias".
La función se ambienta en una escuela católica del Bronx neoyorquino en 1964, algo que Natalia Menéndez ha respetado porque, según coincide con la actriz, la distancia en el tiempo facilita hablar de un asunto tan espinoso como la pederastia, en torno al que gira esta obra que, no obstante, tiene otros puntos de interés: el abuso, el poder, la duda, la pérdida de la fe y la cultura del veredicto. "Cada vez resulta más difícil ser inocente", apostilla la directora de escena.
Mientras se ultima el montaje en Madrid, con la satisfacción de saber que están vendidas todas las entradas en Alicante, Pilar Bardem se declara encantada de haber descubierto a Natalia Menéndez, una directora que "ha desmenuzado palabra por palabra un texto en el que no se dice nada gratuitamente".
"Incluso nos hemos reído", bromea esta veterana quien defiende, nada más comenzar la entrevista, que éste no es un "regreso" a las tablas, porque el monólogo "5mujeres.com" que representó hace pocos años es tan válido como cualquier otro espectáculo.
"He trabajado mucho en teatro de siempre, y he sido primera actriz de teatro mucho antes de ser famosa", recalca esta mujer directa y clara, que habla sin tapujos de los asuntos que la interesan y hace una declaración de intenciones: "a quien se siente en la butaca se le invita a un juego, incluso detectivesco, en el que todos mienten".
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