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El plan de ajuste griego supera el primer examen en los mercados

El Tesoro heleno logra colocar 5.000 euros en bonos a 10 años, ofreciendo casi el doble de rentabilidad que la deuda alemana

PILAR BLÁZQUEZ

Protestas en las calles y fiesta en los despachos gubernamentales. Así puede resumirse lo que ocurrió ayer en Grecia. Mientras el centro de Atenas fue tomado por miles de ciudadanos protestando por las medidas anunciadas por el Gobierno para reducir su elevado déficit, los mercados financieros respaldaban el plan con una amplia demanda por la deuda emitida por el país.

El Gobierno heleno puso en el mercado una emisión de bonos a largo plazo, diez años, por valor de 5.000 millones de euros. En apenas dos horas, la demanda superó los 16.000 millones, es decir, tres veces la oferta. 'Estamos muy contentos con la respuesta del mercado', aseguraban fuentes del Tesoro público griego a Bloomblerg.

El tipo de interés de los títulos griegos está en 6,4%, frente al 3,86% español

Tenían motivos para ello. El Gobierno heleno se había planteado como objetivo pagar entre 300 y 310 puntos básicos (tres puntos porcentuales) sobre el índice de referencia para este tipo de emisiones, casi el doble de la rentabilidad que ofrece la deuda alemana (la que el mercado considera más atractiva, por su solvencia), pero la elevada demanda les ha permitido colocar el dinero en el rango más bajo, 300 puntos básicos. 'Es una buena noticia para ellos, porque además sólo supone pagar 27 puntos más que el único bono con el que se puede comparar, el que actualmente está en el mercado a diez años y que caduca en 2019', explica Miguel Arregui, analista de AFI.

El tipo de interés fue del 6,4%. Es caro comparado con las emisiones españolas de las mismas características, que se pagaron al 3,86%, pero adecuado a la extrema situación de Grecia.

España también completó con éxito una emisión de bonos a cinco años

La operación del Tesoro heleno tenía además un riesgo añadido: la competencia de otros bonos soberanos. Ayer, Francia salió al mercado con una emisión de 4.500 millones de euros a diez años, y España emitió títulos a cinco años por valor de 5.000 millones de euros. Es decir, los inversores tenían dónde elegir, y no dejaron a Grecia de lado.

Lo que no quiere decir que las otras subastas de deuda soberana tuvieran problemas. En el caso de España, el resultado fue óptimo para las arcas públicas, y las solicitudes también superaron la oferta: 6.600 millones frente a los 4.500 puestos en el mercado. Se colocó a un tipo de interés del 2,84%, frente al 2,85% al que se pagó la emisión anterior.

La confianza del mercado también se notó en la rebaja de la prima de riesgo tanto de Grecia como de España. En el caso heleno, en un sólo día el diferencial respecto de la deuda alemana ha pasado de 353 puntos básicos a los 298 puntos. Para la deuda española, el diferencial está en 75 puntos básicos, lejos de los 120 que alcanzó hace sólo un mes.

La falta de credibilidad del Estado griego le había obligado a paralizar las emisiones de deuda, desde la subasta de 8.000 millones que colocó a finales de enero, a pesar de sus necesidades urgentes de refinanciación: 16.000 millones de euros antes de mayo y 53.000 millones en el año. Incluso había retrasado la emisión de hoy, que estaba prevista para la semana pasada, a la espera de la presentación del nuevo plan de ajuste que anunció el miércoles y que persigue una drástica reducción del déficit en 4.800 millones de euros.

Los mercados se animaron a medida que las principales instituciones internacionales, desde el BCE al FMI, pasando por las agencias de calificación y los bancos de inversión, dieron un voto de confianza al plan de Atenas. Ayer la Comisión Europea agradeció que las medidas griegas de austeridad incluyan la congelación del sueldo de los funcionarios para rebajar el agujero de las cuentas públicas. Pero también alertó de que su plan de austeridad debe tener consecuencias en el sector privado, donde rebajas en los salarios 'pueden contribuir a una mejora de esa competitividad', en palabras del Amadeu Altafaj, portavoz comunitario de Economía. Bruselas descartó por el momento pedir nuevas medidas a Grecia y aseguró que el nuevo plan de recorte y la confianza renovada de los mercados aleja de momento el plan de rescate, informa Daniel Basteiro.

Por su parte, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, apoyó con contundencia a Grecia en la rueda de prensa habitual tras la reunión mensual de la entidad, calificó de 'convincentes y sustanciales' las medidas de ajuste presentadas por Atenas y consideró 'absurda' la hipótesis de que Grecia pueda abandonar la eurozona. Trichet, además, expresó su desconfianza respecto al papel del FMI en la resolución de la crisis de Grecia, y rechazó cualquier ayuda 'que vaya más allá de la mera cooperación técnica' por parte de la institución presidida por Dominique Strauss-Kahn, informa Guillem Sans Mora.

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