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Los planes del Gobierno desconciertan a las entidades financieras

La banca y los expertos reclaman un plan 'definitivo y cuantificable' para el sector, una vez que Rajoy haya descartado un 'banco malo'

VIRGINIA ZAFRA

'No habrá un banco malo, sino un plan de reestructuración del sistema financiero con criterios de saneamiento, transparencia y nuevas fusiones de entidades'. 'Los bancos y cajas españoles necesitan 50.000 millones de euros más en provisiones para sanear el problema inmobiliario'. La primera frase es de Mariano Rajoy, presidente del Gobierno; la segunda, de Luis de Guindos, ministro de Economía. Ambos han dado idea en los últimos días de cómo quieren intentar sanear el sistema y devolver la confianza en las entidades españolas, ambas circunstancias absolutamente necesarias para que vuelva el crédito a hogares y empresas. Pero estos anuncios, tan poco precisos pero tan indicativos, están causando una incertidumbre fuerte entre las entidades, que no saben cómo prepararse y ni siquiera cómo presentar sus resultados del ejercicio 2011.

Lo primero que se plantean es qué supone que no haya un banco malo, una sociedad que aglutinaría los activos problemáticos de las entidades mas débiles y que financiaría el Estado, la Unión Europea o el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las entidades más grandes creen que sin 'banco malo' debe haber fusiones

Las entidades con más necesidad de esta figura (que podría costar hasta 100.000 millones) llevan varios meses preparándose para su llegada, con la creación de sociedades independientes en las que acumulan sus activos inmobiliarios (sobre todo el suelo), y la decisión de no crearlo no les ha gustado nada. Con ella, podrían liberarse del mayor problema que ahora les acecha. Sería a cambio de nuevas ayudas, pero eso les daría (a su juicio) una gran bocanada de oxígeno para pasar los años mas duros aunque tuvieran que hacer millonarias provisiones.

Las entidades mas grandes, sin embargo, están de acuerdo en que no se haga. Según el presidente de un banco, esta figura puede hacerse de muchas formas diversas. 'Ni siquiera sabemos qué significa. Cada uno debe ser lo suficientemente fuerte para asumir sus problemas y quien no pueda hacerlo sin ayudas públicas debería fusionarse primero', aseguraba a Público el banquero la semana pasada. Por tanto, de partida, la decisión de no crear un banco malo debería provocar fusiones.

Los expertos piden algún tipo de apoyo público para el saneamiento

Pero primero las entidades necesitan saber en qué consiste el resto del plan del Gobierno. Aunque no se cree un banco malo, los expertos tienen claro que hará falta sustento público. 'Tendrá que haber alguna garantía para los activos deteriorados, porque las entidades no pueden absorberlo todo solas', dice Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Universidad de Granada.

La cuestión es que los bancos tienen que cuantificar los activos inmobiliarios que tienen en sus balances a importes mas razonables (a porcentajes muy inferiores a los actuales) y eso se hace con las denominadas provisiones.

Son esos 50.000 millones de euros de los que hablaba De Guindos en el Financial Times o los 60.000 millones que calculaba BBVA Research en su último informe de Situación España. El gran problema es en cuánto tiempo realizarlas. Ahí esta la vida o la muerte de la mayoría de las entidades y ahí están sus grandes dudas en la actualidad.

El Ejecutivo no desvelará sus planes hasta mediados de febrero

De Guindos aseguró que se darían varios años al sector para poder sanear sus balances, pero no parece que en ningún caso vayan a ser más de dos años. Y el gran temor es que al final se les obligue a dotar todas esas provisiones en un año. En ese caso, salvo los dos grandes, es probable que el resto entrara en pérdidas debido a que esas dotaciones hay que hacerlas con los resultados y las cuentas no están tan boyantes como para poder restar tanto dinero de las ganancias sin entrar en números rojos.

Otra opción (que se desvelará cuando el Gobierno haga público su plan, previsiblemente el próximo 17 de febrero) sería que las provisiones pudieran hacerse contra reservas. En ese caso, que beneficiaría por ejemplo a Bankia, podrían mantenerse las ganancias pero a cambio se reducirían mucho los ratios de solvencia

Y si algo exigen ahora los mercados son altas cifras de solvencia. Y no sólo los mercados, también las autoridades. De hecho, la Autoridad Europea Bancaria (EBA) elevó al 9% el ratio de solvencia (capital frente a riesgos) para las entidades más grandes, pero ahora los mercados lo exigen para el resto.

Por eso, la situación a la que se enfrentan ahora las entidades españolas es prácticamente la cuadratura del círculo. Ante estas circunstancias, los expertos y las propias entidades reclaman al Gobierno que el plan que está estudiando sea 'definitivo, cuantificable en el tiempo y en el importe y que dé seguridad', dice un ejecutivo de un banco de cajas.

Carbó asegura en este mismo sentido que 'el plan que se haga en este mes tiene que ser absolutamente creíble' y apoya que la hoja de ruta sea 'empezar por la cuenta de resultados y por las fusiones'. También defiende que se haga cuanto antes, pero reconoce que no se pueden hacer todas las provisiones en un año, por lo que aboga por dos años y poniendo en manos de las entidades los recursos que necesiten. Para eso, recalca, el Gobierno tendrá que hacer un gran esfuerzo para explicar muy bien los planes y las necesidades de la economía española.

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