Este artículo se publicó hace 16 años.
La pobreza creció con los gobiernos de Aznar
La brecha entre ricos y pobres aumenta en los países de la OCDE
El fuerte crecimiento de la economía mundial en las últimas dos décadas fue fundamentalmente injusto y benefició a los más ricos. A esa conclusión llega un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicado ayer en París. Un análisis que contiene, además, una revelación para España: los gobiernos de Aznar frenaron la reducción de las desigualdades y aumentaron el nivel de pobreza.
El estudio utiliza datos de los institutos de estadística de los países miembros de esta organización, que aglutina al llamado mundo desarrollado.La OCDE subraya que el foso entre ricos y pobres no solo no se ha reducido, sino que se ha profundizado claramente en las últimas dos décadas en tres cuartas partes de los estados miembros, que son 30. Es decir, que el fuerte crecimiento de la economía derivado de la globalización está favoreciendo solo a los más ricos.
España ocupa un lugar muy particular. En la primera década analizada, desde mediados de los años ochenta hasta mediados de los noventa, coincidiendo con los gobiernos de Felipe González, se redujo la disparidad entre las rentas más altas y las más bajas, así como la tasa de pobreza. De hecho, España es el único de los 30 países en el que hubo una “neta reducción” en ese periodo.
Por el contrario, según la OCDE, en la década que va de mediados de los noventa a mediados de los 2000, en España no hubo cambios en las tendencias a la desigualdad de los niveles de renta. En cuanto a la proporción de pobres en la población, los gobiernos de Aznar colocaron al país en la lista de los que registraron un “neto aumento” en esos años, junto con Irlanda, Luxemburgo, Japón y Alemania, entre otros.
Aun así, en el conjunto de las dos décadas, España está entre los países donde el crecimiento sirvió al menos para contener la tendencia generalizada a enriquecer a los ricos y no beneficiar suficientemente a las clases modestas.
La lista negra de países con más desigualdad durante las dos décadas de la nueva globalización incluye a Canadá, Finlandia, Alemania, Italia, Noruega y Estados Unidos. Son países donde llegó incluso a aumentar el foso entre los más ricos y no solo las clases populares, sino incluso las clases medias. Hasta los cuellos blancos se empobrecieron, en términos relativos.
La diferencia entre los puntos de partida de cada país es un elemento capital del análisis. En Finlandia o Alemania, ese dudoso honor indica que la globalización puso fin a la tradicional estructura redistributiva e igualitaria del Estado social. En Estados Unidos o Italia, indica que la tendencia a la desigualdad fue acentuada por la globalización.
España figura en la escueta lista opuesta, la de los países que globalmente redujeron las disparidades, junto con Francia, Grecia, Irlanda y Turquía. No obstante, y posiblemente por la herencia del franquismo, la estructura de las rentas y la disparidad entre ricos y pobres en España sigue pareciéndose más a la de Estados Unidos, Polonia o Japón –países desigualitarios– que a la de Dinamarca o Suecia. El estudio de la OCDE pone, además, el acento en un desafío futuro para España: como el tamaño medio de los hogares se está reduciendo a ritmo acelerado, cabe prever un riesgo de aumento de la pobreza.
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