Este artículo se publicó hace 15 años.
La poesía de Pablo Guerrero le violó
Javier Álvarez pone música a poemas del poeta extremeño en Guerrero Álvarez, su primer disco en cuatro años
Dice Javier Álvarez, y lo dice en serio, que Guerrero Álvarez es su primer disco. "En realidad, el primero será el siguiente. Este es mi disco cero", matiza. Un nuevo principio o el impulso de un nuevo principio. No se trata de borrar el pasado, aunque a Álvarez no le sentara especialmente bien su prematuro éxito a mediados de los 90. "Estoy en una situación en la que me siento muy nuevo en mi trabajo. He cambiado de sello, me he implicado en todo el proceso de hacer el disco, tengo una nueva banda...", dice.
Sentirse un principiante cuando uno no es realmente un principiante es señal de experiencia. Como la tiene el cantautor y poeta Pablo Guerrero, al que Álvarez pone música en su nuevo álbum. "Le conocí en 1995 porque me invitó a colaborar en uno de sus discos. Desde el primer momento, me enamoré de su poesía, me pareció increíble su hondura", recuerda el músico.
Hace un par de años, tras quedarse impresionado con un libro de Guerrero, Javier Álvarez le pidió poner música a uno de sus poemas. A los tres días, le había escrito once poesías totalmente nuevas. "Lo mejor es que las canciones estaban escritas para mí, pensando en mí, y yo no me enteré hasta hace unos días", confiesa Álvarez.
Él es como habla (y como canta): sensible, impulsivo, frágil, delicado, nervioso, apasionado, intenso. Pero su principal característica, al menos en lo musical, es la imprevisibilidad, toda una cualidad. "Estoy de acuerdo en las dos cosas. Soy imprevisible y lo considero una cualidad. Me aburro mucho si me quedo en el mismo sitio. Necesito avanzar, seguir adelante". A lo largo de su carrera, lo ha demostrado en no pocas ocasiones: huyó de los circuitos comerciales, llamó a su cuarto disco Grandes éxitos sin contener ningún éxito, hizo una versión del himno de la legión y, en época de fast food musical, en 2005, publicó un disco doble.
Hay que ser humilde
En ese disco, ya había puesto música a un poema: Seco, de Patricia Ríos. "Para cantar un poema de otro, hay que hacerlo con humildad. Escuchando al otro, dejándote violar por la poesía. Si no, saldrá mal", revela el músico, que define la poesía de Pablo Guerrero como "un camino de luz y de honradez y de sinceridad y de agua".
Álvarez pide perdón por llevar tres meses sin abrir un periódico "estoy desintoxicándome", pero sin preguntarle, habla de Obama, "el presidente de EEUU más guapo que ha habido". Pese a ser un cedé, Guerrero Álvarez tiene la estructura de dos caras de un vinilo, la primera más electrónica y la segunda más rockera. "Los conciertos van a ser potentes, este disco me está poniendo mucho", concluye.
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