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El poeta que quiso ser James Brown

Anthony Joseph publica su segundo álbum, un cóctel explosivo de funk, jazz, calypso y poesía autobiográfica

JESÚS MIGUEL MARCOS

Se supone que la música basada en la energía y el ritmo es hedonista y extrovertida, mientras que la que se fundamenta en la melodía y la letra da pie a canciones más reflexivas y confesionales. Anthony Joseph no entiende de supuestos. Este poeta y cantante de 42 años, nacido en Trinidad y Tobago pero residente en Reino Unido desde hace 20 años, te pone a bailar frenéticamente mientras te cuenta la traumática relación que tuvo con su padre cuando era niño.

Acaba de publicar su segundo álbum, Bird Head Son (Naïve, 2009), a medio camino entre el spoken word poesías recitadas y música y un explosivo cóctel de jazz, funky, reggae, calypso y rock. El nombre del disco, que también da título a la novela que lo acompaña, es autobiográfico, es su propio nombre. 'Bird Head Son soy yo. Era mi apodo. Los amigos de mi padre le llamaban Bird Head (cabeza de pájaro), porque decían que su cabeza era demasiado pequeña para su cuerpo. Luego, cuando él se fue, sus amigos me decían: Bird Head Son (Hijo de cabeza de pájaro)', explica.

Durante los 30 minutos de entrevista, Joseph menciona su infancia en no menos de cinco ocasiones. Por ejemplo, al hablar de Conductors of his mystery, uno de los temas más sinuosos y jazzísticos del álbum. 'Es sobre mi padre. Crecí en casa de mis abuelos, porque él no vivía con nosotros. Le veía sólo una vez al año. Siempre llegaba muy bien vestido, con un gran coche y una novia guapa. Me impresionaba, parecía alguien muy carismático. Un día, a principios de los ochenta, volvió definitivamente. Se había arruinado, no tenía nada. Entonces vi al verdadero nombre, la verdadera persona. Sobre eso va la canción'. O como dice la canción en uno de sus versos: 'Vi que mi padre era real'.

Lo mío y lo de todos

A Joseph no le asusta volcar experiencias íntimas en sus canciones. En realidad, cree que hay una estrecha conexión entre lo personal y lo universal. 'Si hablas de tus experiencias, como por ejemplo las relaciones con tu familia, la gente puede aplicárselo. Todo el mundo tiene un padre y experiencias con él. No tiene por qué ser la misma experiencia, pero te puedes hacer una idea', sostiene.

Joseph comenzó a hacer música a principios de los noventa, pero pocos años después decidió volcarse de lleno en la poesía. Publicó dos libros 'bastante experimentales, la verdad', pero no logró establecerse como poeta. 'Me defino como poeta, porque es un término amplio que incluye otras cosas. La música es poesía y las actuaciones también son poesía. La poesía es el pegamento que une todo lo que hago', afirma el artista.

Sus conciertos junto a la Spasm Band son incendiarios. Joseph es un auténtico huracán en escena, cantando y recitando con gran potencia y moviéndose por el escenario como un león en la selva. ¿Su secreto? 'Se trata de amor. La gente en los conciertos se vuelve loca porque siente el amor que desprendemos. Creo que la música no es tanto lo glamouroso que seas, sino la interacción que consigas crear con el público. Me encanta hablar y sentir a la gente. Tienes que amar al público, porque ellos te aman a ti', explica. Pura pasión.

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