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La Policía decomisó 1.121 kilos de cocaína a "correos" humanos en los aeropuertos

EFE

La Policía Nacional decomisó el pasado año en los diferentes aeropuertos españoles más de 1.121 kilos de cocaína, 24 kilos de heroína, cuatro de marihuana, 1.315 unidades de éxtasis y otras cantidades menores de hachís, ketamina y lsd que eran transportados por "correos" humanos.

Según ha informado hoy la Policía Nacional, estas aprehensiones son el resultado de los permanentes dispositivos y controles realizados sobre los denominados "vuelos calientes", tanto por su lugar de procedencia como por la ruta que realizan para llegar a nuestro país, contra el tráfico de estupefacientes.

La mayor parte de la droga procedía de Sudamérica y había sido transportada por viajeros oculta, en ocasiones, mediante los métodos más insospechados, incluso en caramelos, chocolatinas, botellas o escayolas.

Los "correos" humanos, para sortear los controles policiales, tratan de introducir la droga escondida en dobles fondos practicados en las maletas, oculta en fajas adosadas a su cuerpo bajo sus ropas o camuflada en diferentes artículos en sus equipajes.

En otras ocasiones, los conocidos como "muleros" ingieren el estupefaciente y lo transportan en el interior del propio cuerpo con grave riesgo para sus vidas.

Uno de los últimos "muleros" detenidos ha sido ciudadano estadounidense interceptado en el aeropuerto barcelonés de El Prat cuando portaba en el interior de su organismo 67 cilindros que contenían 1.286 gramos de cocaína.

El hombre, de 47 años, pretendía entrar en España procedente de la capital búlgara, Sofía, pero su actitud levantó las sospechas de los agentes del Grupo de Policía Judicial del puesto fronterizo.

Ante la posibilidad de que pudiera transportar droga, debido a su actitud nerviosa y a las respuestas incongruentes que daba sobre el motivo de su viaje, le solicitaron que accediera a un reconocimiento radiológico abdominal así como a inspeccionar su equipaje.

En primer lugar se procedió a registrar sus pertenencias, donde no se localizó nada de interés policial entre sus efectos personales.

Posteriormente, el hombre se negó a firmar la autorización para realizarle unas placas radiológicas, por lo que, ante el peligro que pudiera correr su vida si portaba droga en su organismo, se le trasladó hasta el Hospital de Bellvitge.

Allí le detectaron varios cuerpos extraños en el aparato digestivo que resultaron ser los cilindros con la cocaína, por lo que fue detenido por un delito contra la salud pública.

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