Este artículo se publicó hace 14 años.
¡Es la política, estúpidos!
El ex primer ministro de Reino Unido, Gordon Brown, que acaba de publicar un libro sobre la crisis (Beyond the Crash o Más allá del Crash) dijo, el pasado 8 de diciembre, en una entrevista con la BBC lo siguiente: "Presiento que en los primeros meses de 2011 vamos a tener una gran crisis en la zona euro. Se acerca la hora de la verdad. Hay que rescatar la iniciativa de manos de los mercados".
Esta advertencia, más que "premonición", viniendo de una personalidad tan informada, ¿quizá haya quedado superada por los acuerdos anunciados ayer al terminar la cumbre europea? No. Los líderes europeos se han mostrado incapaces de "rescatar la iniciativa de manos de los mercados". Es posible que las fiestas navideñas, quién sabe, otorguen una tregua. Pero como Zapatero ya lo ha sufrido en carne propia, con tantos vaticinios fracasados, mejor dejar a un lado el oficio de Cassandra.
En todo caso, la crisis de la deuda se proyecta, como presiente Brown, hacia los primeros meses de 2011. Esa será la hora de la verdad. En el caso de España, las necesidades de refinanciación de la deuda pública y privada y la respuesta del mercado precipitarán el desenlace.
Weber habla siempre de España como ejemplo de lo que se ha hecho mal
¿Tan grave es la situación de la eurozona en relación, por ejemplo, con Estados Unidos? ¿Es el déficit fiscal el talón de Aquiles? Las proyecciones de la Comisión Europea prevén para 2010 un déficit equivalente al 6,3% del Producto Interior Bruto, mientras que será del 11,3% en EE.UU. ¿Y en términos del ratio deuda/PIB? Las previsiones son de 84% del PIB para la eurozona (20 puntos más que en España) contra un 92% en EEUU.
¿Cuál es entonces el problema? Que, como afirma Brown, las reformas (¡no la austeridad!) para compensar las dificultades estructurales de una moneda única sin coordinación de políticas fiscales no se han hecho. Por tanto, los mercados pasan de la cifra global de la eurozona en materia de déficit fiscal conjunto o deuda pública conjunta. En cambio, ponen la lupa país por país.
Y no sólo los mercados. El hombre que está por el ajuste de cuentas con la zona euro tal como la hemos conocido se llama Axel Weber, el presidente del Bundesbank, miembro del consejo de gobierno del Banco Central Europeo. El sucesor prácticamente in pectore de Jean-Claude Trichet. El verdadero cerebro de Angela Merkel. ¡Es él quien debería venir el 3 de febrero a Madrid!
Es él el que debería venir a la cumbre hispanoalemana de Madrid en febrero
Weber habla siempre de España como el ejemplo de lo que se ha hecho mal todos estos años. Lo dijo en Nueva York el pasado 12 de octubre. "El problema principal para los miembros con persistentes déficit por cuenta corriente es que el flujo de capital no siempre se asignó de manera eficiente. En España fue al boom inmobiliario". Volvió el pasado 8 de diciembre sobre el tema: "Algunos países [España entre ellos] han vivido por encima de sus posibilidades". Weber, pues, cree que España tiene que pagar la factura, reduciendo el déficit al 3% del PIB y reduciendo los costes laborales (ajuste que ya está en marcha). Eso es todo. El problema, por tanto, es político.
A la ideología de Weber, precisamente, Gordon Brown le dedica una frase que no tiene desperdicio. "Recortar simplemente los déficits y esperar que vuelva la inversión es repetir las políticas fracasadas de los años treinta que alimentaron la Gran Depresión. Es condenar a Europa a un periodo innecesario y evitable de bajo crecimiento, alto desempleo y disminución del nivel de vida", advierte.
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