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Los políticos ultiman los preparativos de las votaciones y los electores se preparan para el Noruz

EFE

Las distintas corrientes políticas iraníes han intensificado sus esfuerzos para atraer al mayor número votantes antes del cierre de la campaña electoral para los comicios parlamentarios del próximo viernes.

La campaña electoral termina mañana y al día siguiente unos 43 millones de iraníes están convocados a las urnas para elegir a sus representantes en la nueva Cámara, la octava legislatura en la historia de la República Islámica.

Alrededor de 4.600 candidatos de diferentes tendencias políticas competirán por los 290 escaños del Legislativo, 30 de ellos en Teherán, en unos comicios considerados como un examen de la popularidad del presidente del país, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad.

En Teherán, una ciudad que acoge a más de 10 millones de los 70 millones de habitantes del país, se nota con claridad el ambiente electoral, pese a la prohibición por las autoridades de la colocación de grandes carteles o imágenes de candidatos en los edificios y en las plazas.

Sin embargo, los habitantes de la capital parecen más ocupados estos días por los preparativos para la fiesta del "Noruz", que marca el inicio de la primavera y del año nuevo iraní, 1387, aunque sin dejar de quejarse de la subida de los precios, el desempleo y de la inflación.

Los grandes atascos en las calles que conducen a los centros comerciales que ofrecen rebajas para las compras del "Noruz" dan la sensación de que el principal quehacer de la gente es preparase para la fiesta más que para la votación.

El fervor electoral se nota más en los medios de comunicación estatales, que difunden con frecuencia llamamientos de las autoridades para que la población acuda a la votación para "crear una nueva época y enviar un mensaje a los enemigos que actúan contra la revolución" islámica.

Las corrientes políticas, reformistas y conservadoras, compiten entretanto en hacer promesas para solucionar los problemas económicos, especialmente la inflación y el desempleo.

La competencia se nota incluso en el seno de una misma corriente política, y la deteriorada situación económica ha llegado a causar divergencias incluso entre las filas conservadoras, como ocurrió en las elecciones municipales de 2006, en las que ganaron los reformistas.

Ese año, los tradicionalistas se presentaron en dos listas diferentes, una encabezada por el actual presidente, Mahmud Ahamdineyad, y otra dirigida por el alcalde de Teherán, Mohamad Ghalibaf.

En las próximas elecciones los conservadores están divididos en varias formaciones políticas, entre las que se destacan los tradicionalistas, el movimiento del "derecha tradicional" y el del "Derecho moderno".

Los candidatos del primero de los tres se presentan bajo la lista del Frente Unido de los Defensores de los Principios ("Osulgarayan" o pro principios), una coalición compuesta por 14 grupos políticos leales al presidente Ahmadineyad, y que se considera la principal formación conservadora.

Otros dos grupos destacables son el "Derecho moderno", cuyos candidatos se presentan en dos listas, la de la "Amplia Coalición de los Osulgarayan", también partidarios del régimen, y "el Frente Unido de los Conservadores".

Entre los candidatos de este último grupo figura Ali Lariyani, el ex negociador en materia nuclear y ahora asesor del líder supremo para asuntos nucleares.

En Teherán, se presentan unos 870 candidatos, de ellos 30 son de la "Amplia Coalición de los Osulgarayan", que dirige Shahbedin Sadr, y otros 30 del "Frente Unido de los Conservadores", del presidente de la cámara saliente Gholamali Hadad Adel.

La corriente reformista también participa en el proceso electoral bajo tres listas, una de ellas es "la Confianza Nacional", que incluye a 30 aspirantes encabezados por Rasul Montayabnia, aliado del ex presidente del Parlamento Mahdi Karubi, que no participa como candidato en las elecciones del viernes.

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