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'Polònia' cumple cinco años de comedia con la política

El director, Toni Soler, asegura que mantendrán la línea satírica pese al cambio del Gobierno catalán

DAVID DUSSTER

Guitarra en mano, gafas oscuras y pañuelo palestino al cuello, un cantante parecido a Bob Dylan se sienta rodeado de okupas. El escenario, una descabellada sede del partido Iniciativa per Catalunya. Pero cuando entona Los tiempos están cambiando, el falso Dylan resulta ser el Artur Mas de la ficción. Este mundo tan surrealista sólo es posible en el programa de humor televisivo Polònia, que el próximo miércoles celebra cinco años de sátira sobre la política catalana.

'La letra es bestia, mira que decir a los okupas que se laven y se busquen un piso de alquiler', espeta el actor Bruno Oro, que hace de Artur Mas durante una de las interrupciones del rodaje del número musical. En esta escena, Oro está rodeado por siete activistas y secundado por David Olivares, que asume el papel del nuevo consejero de Interior, Felip Puig, y que toca la armónica.

La grabación avanza lentamente. Arreglos, encuadres, consejos, ensayos y doble grabación. Con la calma propia de los rodajes televisivos, pero con la urgencia de la actualidad. En el plató, los estudios situados en el antiguo cine Ideal de Barcelona, hay casi 30 personas. Se está rodando un martes y se emitirá un jueves.

Polònia empezó a emitirse en la televisión autonómica catalana a finales del primer Tripartito y el nombre del programa tomado del gentilicio que a veces se aplica a los catalanes de forma despectiva ya prometía sarcasmo ilimitado. Con el tiempo y los vaivenes de la política, muchas imitaciones han quedado por el camino. 'A Ángel Acebes le echamos de menos mucho', bromea el director, Toni Soler, que siempre grita la frase 'talleu, és bona (corten, es buena)' y mantiene diálogos con los políticos, ya sea parodiados, o con los reales, que a veces aceptan ir al plató. 'Con mi presencia buscábamos una manera de enlazar los sketches pero después vimos que eso nos sirve como declaración de intenciones, queremos dejar claro que la política es comedia y la comedia es política, y que la frontera no está nunca clara', explica el director.

Toni Soler asegura que el cambio de Gobierno en Cataluña no les afectará. 'Criticaremos por igual al nuevo Gobierno y se verá que la sátira del Tripartito no venía motivada por cuestiones ideológicas sino porque era el gobierno de turno', dice, y añade que no aceptará presiones políticas: 'Si Polònia no se hace con libertad absoluta, no se hará'.

Los únicos límites a la broma son las desgracias personales y la vida privada, y Soler admite un desliz, cuando hicieron un gag con los hijos de Zapatero vestidos de góticos, pero luego se abandonó a los personajes 'porque nos dimos cuenta de que no tenían la culpa de ser hijos de políticos'.

Carlos Latre ha envejecido décadas desde que ha entrado en la sala de maquillaje. Helena Fenoy tarda casi dos horas en caracterizarlo como Jordi Pujol. Los actores muchas veces deben llegar a las seis de la mañana para maquillarse. 'Es uno de los personajes más agradecidos, me lo paso muy bien', asegura Latre mientras va repasando el guión delsketch entre Pujol padre y el hijo, Oriol.

Queco Novell, que también hace de Zapatero, ya tiene puesta la barba de Oriol Pujol. Novell es uno de los colaboradores más fieles de Soler desde que comenzaron a hacer experimentos televisivos y radiofónicos con el humor políticamente incorrecto. 'Poco a poco vas abriendo camino, nosotros ni sabíamos que sabíamos imitar', confiesa Novell, que antes era periodista y presentador televisivo.

Polònia es hijo de Mire usté, un precedente en Antena 3 del mismo equipo que fracasó en España pero tuvo audiencia en Catalunya. Toni Soler se encarga ahora de la expansión de la productora, Minoría Absoluta, que también factura La escobilla nacional y prepara un programa para TVE y una película.

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