Este artículo se publicó hace 17 años.
Portugal culmina su presidencia con la histórica firma del Tratado de Lisboa
Portugal culminará mañana su actual presidencia rotativa de la Unión Europea con la firma del Tratado de Lisboa, con el que se espera mejorar el funcionamiento de las instituciones comunitarias y dar un mayor peso a la UE en el mundo.
El emblemático Monasterio de los Jerónimos será el escenario de la firma formal del que el Gobierno portugués quiere que pase a la historia como Tratado de Lisboa, texto que pretende garantizar una presidencia estable y un Parlamento con más poder y menos opciones de veto por parte de los países miembros.
El primer ministro luso, el socialista José Sócrates, quiere realzar con el acto de Lisboa lo que considera un éxito político de su diplomacia, tras alcanzarse en la misma ciudad hace cerca de dos meses el consenso para un nuevo tratado después de cerca de una década de disputas por el reparto del poder comunitario.
Jefes de Estado y Gobierno de la Unión Europea (UE) volverán una vez más a Lisboa para simbolizar la firma de un Tratado que dictará las nuevas reglas de funcionamiento de los Veintisiete, una vez sea ratificado vía parlamentaria o en referéndum por todos los países miembros.
El Tratado de Lisboa introduce como nota más destacada el cambio del actual sistema de voto, basado en una ponderación por grupos de países, a otro conocido como de "doble mayoría", por el que los estados más poblados recuperan el peso que han ido perdiendo con las sucesivas ampliaciones.
Además, la mayoría cualificada para la adopción de una decisión se alcanzará cuando la apoye al menos el 55 por ciento de los estados miembros que representen el 65 por ciento de la población de la UE.
Los claustros de los Jerónimos, un monasterio que simboliza el esplendor histórico de Portugal en el siglo XVI, acogerán la firma de un Tratado que para la diplomacia lusa ha sido la prioridad de prioridades durante sus seis meses de presidencia.
El rechazo al Tratado Constitucional de Francia y Holanda en 2005 acabó, dos años y medio después, con el nacimiento del Tratado de Lisboa, que el Gobierno de Sócrates se ha esforzado por presentar como la "imagen de marca" de la que ha sido tercera presidencia portuguesa de la UE.
Todos los líderes de la UE firmaron en octubre de 2004, en Roma, un Tratado Constitucional que acabaría en un rotundo fracaso, pero que para Portugal significó abanderar el nuevo texto que saldrá de Lisboa.
La presidencia portuguesa anunció desde el primer día en que tomó las riendas del cargo la intención de "cerrar" un nuevo tratado, lo que efectivamente consiguió en la Cumbre informal de jefes de Estado y Gobierno del pasado 18 y 19 de octubre.
El Gobierno de Sócrates insistió también en que el nuevo tratado debía bautizarse con el nombre de la capital lusa, con el objetivo de personalizar en Portugal el éxito político de haber puesto de acuerdo a los Ejecutivos de los países comunitarios.
Los representantes de los Veintisiete serán agasajados en el monasterio de Los Jerónimos con un espectáculo musical al que seguirán los discursos del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; del presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Potering, y del primer ministro portugués, José Sócrates.
El mediodía es la hora marcada para una firma oficial a la que seguirá otro "momento musical" y la tradicional foto de familia con todos los participantes.
Los representantes europeos partirán cerca de una hora y media después al Museo de los Coches, el escenario elegido por el presidente portugués, Aníbal Cavaco Silva, para ofrecer un almuerzo a sus convidados europeos.
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