El PP mantiene su doble juego con la nueva gripe

El Partido Popular mostró este martes de nuevo el doble juego que mantiene respecto a la politización de la nueva gripe: apoya al Ejecutivo desde las autonomías donde gobierna, pero busca hendiduras en su gestión para introducir cuñas desde su sede de Génova.

Todos los consejeros de Sanidad, incluidos los del PP, acordaron el lunes con el Ministerio la definición de los grupos de riesgo y la cantidad de vacunas a adquirir. Todos los responsables de Educación, incluidos los del PP, ratificaron ayer el acuerdo de no modificar el calendario escolar ni vacunar a los profesores.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, escenificó ayer ese ambiente de acuerdo tras reunirse con la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez —que hará lo propio con todos los presidentes autonómicos—. Aguirre dijo tras el encuentro que el Ministerio "hace lo correcto, en consenso con todas las comunidades".

Para Aguirre, "esta es una gripe como otra cualquiera", por eso lanzó un mensaje de "tranquilidad, pero alerta". La ministra, por su parte, destacó la "lealtad y la colaboración en todo momento" del consejero de Sanidad madrileño, Juan José Güemes.

El mismo PP, en cambio, amaga con hacer de la gestión de la nueva gripe materia de oposición política desde sus posiciones sin responsabilidad de gobierno. La secretaria de Política Social del PP, Ana Pastor, denunció la semana pasada la falta de vacunas. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, criticó el lunes por su parte que no se vacune a todos los menores de 14 años.

"No debemos hacer política de la gripe A. Debemos dejar hacer que los médicos hagan su trabajo", declaraba ayer el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, que mantuvo además que el PP estará "a la altura de las circunstancias", actuando con "extrema responsabilidad".

No obstante, y pese a asegurar que su partido está dispuesto a "respetar el liderazgo del Gobierno en la lucha contra la epidemia", González Pons no se resistió a denunciar que el Gobierno ha pecado de falta de información a los ciudadanos, e insistió una vez más en la idea, contraria a las recomendaciones científicias, de que debería haber vacunas para inmunizar a toda la población.