Este artículo se publicó hace 15 años.
El Prat dificulta el asilo a los extranjeros
Un informe de CEAR denuncia que los agentes del aeropuerto no tienen formación para atender las peticiones de entrada
Un inmigrante procedente de un campo de Nepal para refugiados butaneses llega al aeropuerto de Barcelona huyendo de la represión política y de la desesperación. En el campo, debido a sus actividades como defensor de los derechos humanos, su hermana fue violada y asesinada junto a su padre. En Barcelona, su intención es pedir asilo, sin embargo, los agentes aeroportuarios según relató el inmigrante a la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) no le permiten formalizar la solicitud de protección y lo encierran en una habitación, "solo", en espera de un vuelo a Casablanca.
CEAR, en su último informe anual, denuncia que en el aeródromo barcelonés los agentes policiales no tienen formación en materia de asilo y "se extralimitan en sus funciones", cuenta Ágata Sol, portavoz de la Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado asociada a CEAR, que añade que "no se informa bien a los inmigrantes que llegan, incluso si éstos vienen huyendo de un país en guerra".
España, a la colaLa Comisión lamenta que la policía no explique a los inmigrantes sus derechos, y en su informe afirma que "parece que la única forma de acceder al procedimiento [de protección] es pronunciar la palabra asilo, y en español".
En 2008 el número de solicitantes de asilo en los 51 países industrializados del mundo creció un 12%. Sin embargo, en España disminuyó un 41%. Sol cuenta que en los últimos tiempos las fronteras españolas se han sellado y los inmigrantes tienen más problemas para acceder a "El Dorado". No obstante, la reducción de peticiones no es un fenómeno exclusivamente español, en los demás países de la Unión Europea sucede algo similar. El problema, cuenta Sol, es que los números no tienen nada que ver: el año pasado, Francia recibió 26.000 peticiones e Italia, 22.530; España, sólo 4.516, casi la mitad se formalizaron en Madrid, sobre todo en el aeropuerto de Barajas. Curiosamente, la provincia de Barcelona sólo recibió 215 demandas de protección pero no hay datos sobre cuántas de éstas fueron atendidas en El Prat.
"Señor, ¿qué escribo?", preguntó un demandante de asilo colombiano a un agente del aeropuerto barcelonés. "Escriba lo que quiera, que la verdad no vale la pena, será devuelto de todas formas en el avión de mañana por la mañana". Con casos reales como este, CEAR denuncia la falta de sensibilidad y de formación que existe en algunos agentes de El Prat. "Siempre se está pensando que son inmigrantes", cuenta Sol, y que utilizan la figura del asilo para librarse del retorno a sus países de origen.
Abogados de la PolicíaLos agentes policiales no son los únicos que reciben críticas por parte de CEAR, los abogados del Turno de Oficio de Extranjería tampoco salen muy bien parados. "No siempre tienen los conocimientos necesarios sobre el régimen de asilo, y a veces ni siquiera una actitud activa en la detección de casos de refugiados en los puestos fronterizos", se lee en el informe. Además, la Comisión advierte de que en ocasiones los inmigrantes identifican a estos letrados "como los abogados de la Policía". Es por esta razón que, aunque no tengan la obligación, las entidades de derechos humanos piden a las autoridades que pongan en conocimiento de los recién llegados la posibilidad de contactar con ellos. Aunque la realidad es que muchos solicitantes ya lo hacen porque antes de llegar a España se han informado de con quién tienen que contactar.
En su informe, CEAR se muestra muy crítica con la idiosincrasia del aeropuerto de El Prat por lo que respecta al asilo, sin embargo, sí reconoce que a finales de 2008 "se comprobó que se habían producido algunos cambios" positivos. Sol lo achaca al trabajo de CEAR: "Cuando una entidad está presente, las cosas van mejorando".
Por otro lado, fuentes de la Delegación del Gobierno afirmaron a Público que no conocían el informe y declinaron hacer ningún tipo de declaración al respecto.
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