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Los precios del crudo se acercan a los 80 dólares al cerrar la semana

EFE

Los precios del crudo cerraron la semana a un nivel próximo a los 80 dólares por barril, pese a las crecientes dudas sobre una sólida recuperación de la economía mundial, que habían presionado su cotización en los últimos días.

El precio del barril de Brent subió el viernes un 2,15 por ciento en Londres para cerrar en 78,12 dólares, coincidiendo con el inicio de la temporada de huracanes en el golfo de México.

Al mismo tiempo, el barril de crudo de Texas se apreciaba ayer un 3,07% y cerraba la semana a 78,86 dólares en Nueva York, tras surgir igualmente temores por los efectos de los huracanes en las instalaciones del golfo de México, que afectarían a la producción.

Con estos incrementos se esfumaba el descenso de la cotización del oro negro a principios de la semana motivada por la incertidumbre que se cierne sobre la demanda petrolera mundial.

La tendencia contraria se observaba con el precio del barril de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que en una semana se depreciaba un 3,8% hasta los 72,93 dólares del jueves.

En este sentido, la Agencia Internacional de Energía (AIE) subrayaba que las perspectivas para el mercado de crudo y gas natural siguen siendo inciertas y que ambos sectores necesitan más inversiones, una eficiencia energética mejorada y datos más fiables.

En sus previsiones divulgadas el 23 junio, este organismo pronosticaba una bajada de la demanda petrolera en los próximos cinco años a medida que China y otros países reduzcan el ritmo de crecimiento de sus economías nacionales.

La agencia también indicaba que el análisis sobre el mercado de petróleo abarca escenarios de demanda que reflejan la incertidumbre sobre el rumbo que tomará la recuperación económica mundial, tras la ralentización de 2008 y 2009.

Al mismo tiempo, unos inventarios norteamericanos todavía muy altos, junto con la incógnita sobre el futuro de las principales economías del planeta, como las de EEUU, Europa y China, son elementos que, en principio, tienden a deprimir los precios.

Además, la crisis reinante en Europa por la elevada deuda soberana en varios países comunitarios, ante todo Grecia, tampoco ayuda a levantar los ánimos de consumo energético, señalaron analistas en Viena.

Pero los inversores parecen haber dejado de lado estos temores para centrarse ahora en la potencial situación peligrosa que puede desarrollarse en el golfo de México con la temporada de los huracanes, a lo que se une el desolador panorama en tres estados norteamericanos sureños afectados por el vertido de la plataforma de British Petroleum (BP).

Por otra parte, los exportadores rusos de petróleo, que han vivido una bonanza sin precedentes gracias a las condiciones favorables desde que empezó a funcionar el oleoducto ESPO a finales de 2009, se enfrentan ahora a los nuevos aranceles de exportación que mermarán sus notablemente ingresos.

Durante la semana llegaba desde la India la noticia de que el Gobierno de Nueva Delhi discute la desregulación de los precios de los carburantes, dado que, entre otros factores, el coste establecido oficialmente perjudica la rentabilidad de las empresas estatales.

La liberalización del mercado energético en un país de tan alta densidad demográfica puede ser una bendición para unos pero también una maldición para las capas más pobres de la población, puesto que una subida de los precios de los carburantes encarecería los alimentos y otra necesidades básicas.

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