Este artículo se publicó hace 15 años.
"Pregunté a los jugadores si el problema era yo"
Scariolo sometió su propuesta a debate la noche de la derrota ante Turquía
El oro ha cerrado dos semanas de una intensa escala cromática de sensaciones. "Esta victoria se disfruta más por cómo fue el inicio del campeonato", reflexiona Sergio Scariolo. Ahora sonríe porque su gomina está mezclada con champán. Una imperfección en su imagen que supone el fin de un camino en el que siempre se ha mostrado honesto. Quince días de muchas reflexiones, autocrítica, sentimientos encontrados y de una duda humana que pocos se hubieran atrevido a poner sobre la mesa. "¿Soy yo el que está fallando?", se ha preguntado muchas veces Scariolo, al sentir que su filosofía estaba gripando a la generación de oro en el inicio del Europeo. Un pensamiento que dio un paso adelante la noche de la derrota ante Turquía. "Al llegar al hotel les pregunté a los jugadores si teníamos que cambiar algo y ellos me dijeron que debíamos de seguir en la misma línea. Les pregunté si el problema era yo", se sincera el italiano.
En sus ojos hay la misma emoción que en sus palabras cuando recuerda ese momento. "Nunca lo olvidaré como entrenador. Esa noche entendí que había algo muy importante detrás de todo, que íbamos a ir para arriba". A sus sensaciones le acompañó el compromiso del grupo. "Ellos (por los jugadores) me dijeron que quienes tenían que cambiar eran ellos. Que tenían que mostrar más intensidad. La forma de trabajo, me dijeron, tiene que ser la misma, sólo tenemos que hacerlo, me repitieron, con más convicción".
El italiano llegó a sentir que su filosofía estaba gripando a España
Una reunión decisivaAquella reunión sentó las bases de la vuelta a la normalidad en la cancha con algunos pluses de los que el italiano se siente orgulloso. "El talento ofensivo se le supone a estos jugadores", redunda Scariolo, "pero hemos llegado a ser un grandísimo equipo defensivo cuando dejamos de ir aislados y fuimos uno detrás de otro". Una contraseña hacia el éxito marcada por la solidaridad. "Eso no son los genes, eso es poner trabajo, sufrimiento, cohesión, los valores fundamentales para que un equipo resulte tan unido".
La continuidad del técnicoUn proceso que ha generado una propuesta de baloncesto que nadie en Europa es capaz de igualar. "Lo que hemos tenido que soportar nos ha hecho más fuertes, pero no imbatibles, porque ningún equipo lo es. Pero aquí, en los últimos partidos, sí hemos tenido la percepción de que lo éramos", reconoce un Scariolo, cuya continuidad (tiene contrato hasta Londres 2012) será examinada por el filtro habitual que realiza la Federación después de una gran competición.
"Esa noche entendí que íbamos a ir para arriba", confiesa Sergio
"Ahora habrá que ver los informes, lo que opinan los jugadores, los técnicos y él mismo. Quizá sea él, como pasó con Aíto, quien nos sorprenda y diga que no quiere seguir, pero no lo creo", reconocen desde el gabinete técnico de la Federación Española.
A Sergio Scariolo la idea de seguir conduciendo el Ferrari, como él se refiere a la selección, le seduce ahora más que nunca, por lo que ha disfrutado y por la respuesta firme ante el sufrimiento. "El respeto, la confianza, el sentido de escuchar y la participación en la preparación de los partidos es algo que nunca me había pasado", reconoce el italiano un día antes de volar a Moscú, donde la vuelta a la dinámica de club le obligará a reordenar sus emociones entre el libreto que propone en el Khimki. Allí se encontrará con Cabezas y Raúl López, sus dos apuestas, para intentar romper el monopolio del CSKA de Moscú en la liga rusa. Después llegará otro verano en el que la defensa del título mundial obligará a otro ejercicio de exigencia y para el que las experiencias vividas en Polonia durante el reciente Europeo servirán sin duda de mucho.
El Mundial, próximo objetivoSu contrato caduca después de Londres 2012, pero será examinado por Saéz
"Lo que tenga que pasar, pasará. Esta selección siempre quiere disfrutar y se marca lo máximo como objetivo. Cuando nos reunamos volveremos a pensar en lo más alto", reconoce Felipe Reyes. El oro de Japón y la final olímpica de Pekín les arrancó los complejos ante el Dream Team. El próximo objetivo de este equipo. "El Mundial es igual de difícil que un oro olímpico. Si los árbitros aplican bien las reglas y nosotros seguimos uniendo a la calidad y el talento, la diversión, se forma un grupo que puede ser imbatible", asegura Felipe. Normal, después de colgarse el ansiado oro europeo, a los españoles sólo les queda el oro olímpico.
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