Este artículo se publicó hace 15 años.
El presidente islandés pide formar gobierno a socialdemocratas
El presidente de Islandia, Olafur Ragnar Grimsson, pidió el martes a la Alianza Socialdemócrata formar un nuevo Gobierno con el respaldo de partidos de la oposición para liderar a la nación en medio de la profunda crisis financiera.
Frente al creciente enojo público por la crisis que ha devastado la economía islandesa, el ex primer ministro Geir Haarde, del Partido de la Independencia, presentó su dimisión el lunes tras el fracaso de los esfuerzos por salvar su colación con la Alianza Social Demócrata (ASD).
La ASD, con 18 de los 63 asientos parlamentarios, es el segundo mayor partido y ha estado durante largo tiempo en desacuerdo con sus rivales políticos sobre si el país debería buscar la adhesión a la Unión Europea.
El presidente dijo a periodistas que pidió a Ingibjorg Gisladottir, ministra de Asuntos Exteriores durante el Gobierno del Haarde y líder de la ASD, que tome las riendas en la formación del nuevo Gobierno.
"He decidido pedir a los líderes de la Alianza Socialdemócrata y el Partido de la Izquierda Verde que se comprometan en conversaciones sobre la formación de un nuevo Gobierno de minoría respaldado por el Partido Progresista", dijo Grimsson a periodistas en su residencia.
Gisladottir indicó que esperaba que las conversaciones para una coalición con el Partido de la Izquierda Verde terminaran antes del fin de semana.
"Agradezco al presidente su confianza y trataremos y llegaremos a una rápida conclusión en nuestras discusiones, preferiblemente para el fin de semana", dijo a periodistas.
Los líderes de los partidos se habían reunido con Grimsson uno a uno durante el lunes por la noche, pero las conversaciones habían terminado sin una resolución.
"Es seguro que ningún Gobierno en la historia de Islandia ha tenido que enfrentar tantos y tan complejos problemas como el que está dejando ahora el cargo", dijo Grimsson a periodistas el lunes por la noche en su residencia.
La coalición que gobernaba Islandia colapsó bajo la presión de las manifestaciones, algunas veces violentas, siendo el primer Gobierno en caer como resultado directo de la crisis económica mundial.
La crisis financiera llegó en octubre a Islandia, terminando en cuestión de días con una década de creciente prosperidad tras provocar un colapso de la moneda y el sistema financiero del país.
El ex Gobierno de Haarde, una coalición entre su Partido de la Independencia y la Alianza Social Demócrata, sufrió fuerte presión desde entonces en el país de 320.000 habitantes.
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