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El presidente de Nigeria ordena investigar la violencia desatada por la secta islámica Boko Haram

EFE

El presidente de Nigeria, Umaru Yar'Adua, ordenó hoy una investigación sobre la violencia desatada la semana pasada en el norte del país por la secta islámica integrista Boko Haram, que dejó un saldo, según cifras oficiales, de 780 muertos y también las circunstancias en que murió el jefe del grupo.

Muhammed Yusuf, de 39 años, líder de Boko Haram (La educación occidental es tabú, en idioma hausa) fue arrestado por las tropas del Ejército el jueves pasado y entregado con vida a la Policía, según afirmaron los soldados, pero murió en un incidente aun no esclarecido.

Algunos portavoces policiales dijeron que Yusuf fue tiroteado cuando intentaba escapar, aunque otros afirmaron que el líder integrista había muerto "en combate".

El 28 de julio pasado Yar'Adua ordenó a todas las fuerzas de seguridad del país que repelieran los ataques de Boko Haram contra comisarias y edificios públicos después de que el grupo islámico asaltara el día 26 la jefatura de la Policía en el estado de Bauchi y matara a todos los agentes de guardia.

La violencia se extendió rápidamente a otros cinco estados del norte nigeriano, con el epicentro de los enfrentamientos en Maiduguri, capital del estado de Borno y feudo de la secta, conocida también como "Los talibanes de Nigeria".

Soldados del ejército nigeriano y los militantes combatieron durante cuatro días y aparte de los cientos de muertos, en su mayoría miembros de la secta, cerca de 4.000 civiles fueron forzados a abandonar sus hogares.

El resto de los seguidores de Yusuf fueron aniquilados en un bombardeo de artillería del Ejército contra el edificio donde éstos se habían atrincherado en el centro de Maiduguri.

Aparte de la investigación ordenada por Yar'Adua, los gobernadores de los 19 estados del norte, donde predomina el islamismo, han anunciado su intención de tomar medidas para contener la creciente violencia sectaria en la región.

La decisión de los gobernadores fue tomada después de que la Asociación Cristiana de Nigeria (CAN, en inglés) informara de que un sacerdote católico y tres pastores protestantes fueron asesinados en el estado de Borno por seguidores de Boko Haram, que también incendiaron 20 iglesias y templos.

Tras una reunión de emergencia bajo la égida del Foro de Gobernadores del Norte (NGF) en la ciudad de Kaduna, los gobernantes resolvieron promulgar las leyes necesarias para "contener las crisis sectarias y asegurar de que los incidentes de violencia religiosa no se repitan".

Los Gobernadores instaron asimismo al Servicio Nigeriano de Inmigraciones a "controlar mejor el influjo hacia el norte del país de extranjeros que llegan al área con el objetivo de incitar a la violencia a los grupos islámicos militantes".

Según el NGF, algunos de los participantes en los actos de violencia habrían llegado desde países vecinos, incluyendo Chad y Níger.

"Este Foro condena inequívocamente las actividades sectarias de Boko Haram y dará poderes suficientes a los organismos pertinentes para asegurar una vigilancia eficaz de quienes residen en las áreas bajo su jurisdiccion", señala el NGF en un comunicado de prensa.

El presidente del Foro y gobernador del estado Níger, Babangida Aliyu, dijo, por su parte, que "los estados del norte nigeriano darán poderes a los jefes comunitarios tradicionales para hacer cumplir las leyes que regulan el establecimiento y actividades de los grupos, congregaciones y sociedades religiosas en sus dominios".

Entretanto, el presidente de CAN para el norte de Nigeria, reverendo Yuguda Zubagai Ndurvuwa, dijo a los periodistas en Maiduguri que, al menos, 150 cristianos fueron secuestrados por miembros de Boko Haram y aun siguen en paradero desconocido.

"En cada crisis religiosa en el norte, los cristianos siempre son las víctimas", dijo Ndurvura, que puntualizó que en los enfrentamientos religiosos del 18 de febrero de 2006 en Maiduguri más de cien iglesias fueron destruidas y varios sacerdotes brutalmente asesinados.

Más de 10.000 personas han muerto en Nigeria en enfrentamientos entre grupos musulmanes y cristianos y las fuerzas de seguridad desde 1999, cuando se implantó la "sharia" (ley islámica) en doce estados norteños del país.

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