Este artículo se publicó hace 13 años.
El presidente portugués, descontento con la prensa tras caer su popularidad
El presidente portugués, Anibal Cavaco Silva, aspirante a la reelección el próximo domingo, está molesto por la cobertura periodística de su campaña, centrada en ganar en la primera vuelta y amenazada por una aparente caída de popularidad.
Cavaco lleva una amplia ventaja sobre los otros cinco candidatos a la jefatura del Estado y es favorito para ganar el cargo, con más de la mitad de los votos, sin que haya una segunda vuelta.
Pero la última encuesta de opinión, divulgada el sábado, mostró un descenso, este mes, del apoyo popular al líder conservador que puede poner en riesgo su victoria.
En declaraciones a la prensa lusa en un acto celebrado anoche en la localidad de Paredes, el actual jefe de Estado se preguntó si los medios de comunicación recogen la "marea humana" que ha levantado su candidatura.
Horas después de protagonizar un multitudinario acto en Oporto, el presidente, que encabeza todas las encuestas con algo más del 50 por ciento de los votos, insinuó que la prensa puede estar "escondiendo" el apoyo que tiene en la calle.
No obstante el histórico dirigente del centro-derecha portugués, de 71 años, no quiso dar detalles de sus sospechas ni formular una protesta por el tratamiento que recibe en los medios y confesó, además, que "hace mucho tiempo" que no ve la televisión y apenas lee los periódicos.
Cavaco es el candidato a batir por los otros cinco aspirantes a la jefatura del Estado, de los cuales sólo uno, el socialista Manuel Alegre, tiene alguna posibilidad de disputar el cargo al actual presidente si se celebra una segunda vuelta.
Las encuestas dan a Alegre la mitad de intenciones de voto que a Cavaco y el dirigente del ala izquierda socialista se muestra empeñado en desgastar a su rival conservador con una campaña de fuertes críticas e incluso acusaciones de enriquecimiento inmoral.
Pese a que el jefe de Estado sólo ejerce un papel moderador en la política portuguesa y sus principales funciones son sancionar las leyes y convocar elecciones, Cavaco ha sido blanco de fuertes ataques de sus rivales, que le relacionan con la grave crisis económica que sufre Portugal.
A su vez el jefe de Estado critica al Gobierno socialista de José Sócrates, en el poder desde 2005, no haber hecho caso de sus advertencias sobre el mal rumbo de la economía lusa.
El candidato comunista a la Presidencia, Francisco Lopes, volvió hoy a cargar contra Cavaco con el argumento de que no defiende los intereses del pueblo sino los del capitalismo portugués.
El secretario general del Partido Comunista, Jerónimo de Sousa, responsabilizó en el mismo acto al jefe de Estado, que también fue primer ministro entre 1985 y 1995, de ser uno de los grandes responsables de los problemas económicos y sociales de Portugal.
Por su parte Alegre volvió a eludir este fin de semana en Coimbra hablar de la crisis económica -que tiene en mínimos el apoyo popular al Gobierno de su partido socialista- y descalificó al jefe de Estado como líder al servicio de la clase más pudiente de Portugal.
Alegre, apoyado también por el marxista Bloque de Izquierda, la cuarta fuerza del Parlamento, ha llegado a comparar veladamente los rasgos de carácter de Cavaco con los del dictador portugués Antonio de Oliveira Salazar.
Aparentemente preocupado por la posible abstención de los votantes de izquierda el poeta y diputado socialista reclamó un voto de castigo a Cavaco, que evite otros cinco años de gestión del actual presidente.
Además, en alusión a sus disensiones con la línea oficial socialista, Alegre, tildado de radical por Cavaco, alardeó de que, al contrario que el actual presidente, él no es rehén de ningún partido y no teme causar "incomodidades" por pensar con su "propia cabeza".
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