Guillem Rico es investigador en la Universidad de California y experto en liderazgos políticos.

¿Joan Laporta puede por sí solo triunfar en la política sin un partido tradicional detrás?

Es difícil. Hay barreras importantes que complican que nuevos partidos consigan representación. Pero no es imposible, tal y como demostró el partido de Rosa Díez, UPyD. En ningún caso tendrá éxito si no articula un discurso marcado y diferenciado. Últimamente hay volatilidad en el campo nacionalista, que anda desencantado. Pero sus problemas pueden venir cuando deba definir un programa más allá de la independencia o clarificar su estrategia. La crisis de Rea-grupament es un ejemplo.

¿Estamos preparados para liderazgos de este tipo?

No entiendo eso de preparados. El sistema de partidos catalán parece consolidado, de manera que los cambios profundos que se lleguen a producir serán pequeños y muy posiblemente de corta duración.

¿La simpatía y adhesión que Laporta genera como presidente del Barça la conservará cuando sea candidato? ¿Irá más allá del voto independentista?

Yo no sé hasta qué punto tiene mucha simpatía. Sólo hay que recordar que en la moción de censura del Barça [en 2008], una mayoría de socios intentó echarlo. La simpatía que tenga le servirá de poco en el mundo político. Lo valdrá en la medida que ya es una figura popular que será capaz de atraer la atención de los medios. En política, las simpatías están condicionadas por factores como la posición en relación a los grandes partidos.