Este artículo se publicó hace 17 años.
El primer ministro Tusk restablece la "confianza" entre Polonia y la UE
El primer ministro polaco, el liberal Donald Tusk, escenificó hoy en una visita a Bruselas el regreso de su país al consenso europeo tras las turbulentas relaciones con la UE que mantuvo su predecesor, Jaroslaw Kaczynski.
"La palabra clave es confianza", afirmó Tusk, en una rueda de prensa conjunta con el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, en la que ambos se intercambiaron elogios y evitaron entrar a fondo en las cuestiones que les distancian.
"Polonia es un socio muy importante, su voz es realmente importante en la Unión Europea", proclamó Barroso.
"Como primer ministro polaco defiendo también el interés europeo", le contestó Tusk, decidido a que Polonia "asuma sus responsabilidades en el futuro" del continente.
La actitud europeísta de Tusk contrastó con la impresión dejada en Bruselas por el conservador Kaczynski, quien se jactaba de defender con dureza los intereses polacos en las negociaciones comunitarias y marcaba distancias con el resto de socios en temas como el escudo antimisiles de EEUU o las relaciones con Rusia.
El nuevo mandatario polaco y el presidente de la Comisión Europea mostraron hoy buena disposición para resolver algunos de los litigios heredados del anterior Gobierno, aunque sin precisar cómo.
Así, sobre el descontento de Polonia con las cuotas de emisión de dióxido de carbono que le ha asignado Bruselas, Tusk subrayó su compromiso con el Protocolo de Kioto, pero pidió también "comprensión" para la "situación específica" de su país, que, recordó, obtiene el 90% de su electricidad de combustibles fósiles.
Barroso afirmó que los expertos de la Comisión están "considerando" la situación polaca y reiteró que Bruselas tiene en cuenta la "situación de partida" de Polonia y del resto de nuevos Estados miembros al repartir los esfuerzos que cada país de la UE debe acometer en la lucha contra el cambio climático.
Respecto a la decisión del Gobierno de Kaczynski de no aplicar en territorio polaco la Carta de Derechos Fundamentales -a la que el nuevo Tratado de Lisboa otorga carácter jurídico-, Barroso se mostró conciliador.
Recordó que Reino Unido también ha negociado una cláusula que le exime de acatarla, dijo "entender" las razones de Varsovia para hacerla y subrayó que corresponde a sus autoridades decidir si acaban aceptándola y cuándo lo hacen.
En un encuentro previo con el presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pöttering, Tusk afirmó que la prioridad ahora es asegurar que su país ratifica el nuevo Tratado y sugirió que, una vez se cubra esta etapa, podría replantearse la adopción de la Carta.
Una idea en la que coincidió el primer ministro belga en funciones, Guy Verhofstadt, en sus declaraciones a los medios tras recibir a Tusk.
"Lo más importante ahora es que el Tratado sea ratificado en Polonia", recalcó Verhoststadt, quien, según la agencia Belga, se refirió al nuevo dirigente polaco como "un europeo convencido, con el que podremos trabajar".
En la rueda de prensa con Barroso, Tusk tuvo, además, ocasión de posicionar a su Gobierno en una de las cuestiones más controvertidas durante el mandato de Kaczynski, las relaciones con la Rusia de Vladimir Putin.
Preguntado si, tras las elecciones rusas del pasado domingo, se alineaba con el Gobierno de Alemania, que ha denunciado irregularidades en los comicios, o con el presidente francés, Nicolás Sarkozy, que ha sido el primero en felicitar a Putin por su victoria, precisó que Polonia cuenta con "su propia información" a partir de "sus propios observadores".
Añadió que estos confirman "ciertas dudas" sobre el cumplimiento de los estándares internacionales en los comicios.
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