Este artículo se publicó hace 16 años.
Prisión sin fianza para el 'sheriff' Ginés y su banda
La juez argumenta que hay alarma social y peligro de que destruyan pruebas
La colección de delitos acumulados presuntamente por el ex jefe de la Policía Local de Coslada (Madrid), Ginés Jiménez, y su banda mafiosa, les ha llevado a prisión incondicional sin fianza. La juez de la localidad, Nieves Martínez, ordenó ayer el ingreso en prisión para los 13 policías detenidos el pasado jueves por delitos relacionados con la extorsión, abuso de la fuerza, robos y asociación ilícita. Junto a los dos encarcelados el domingo ya son 15 los agentes enviados a prisión por las prácticas mafiosas de ‘El Bloque', como se hacían llamar los inculpados.
La juez argumentó dos motivos para privar de libertad sin condiciones a los detenidos: la alarma social creada por la trama y la posibilidad de que destruyeran pruebas. Los abogados de los inculpados consideraron "excesiva" la medida por no haber tenido acceso a las pruebas recopiladas en el sumario, todavía en secreto.
La magistrada atribuyó a Ginés Jiménez, presunto cabecilla de la mafia policial, los siguientes delitos: tenencia ilícita de armas, prevaricación y cohecho y extorsión. Su abogado, José Andrés Díez, no reconoció que su defendido fuese imputado por un delito de asociación ilícita, a pesar de que el resto de detenidos fue preguntado por las órdenes que recibían del propio Ginés.
El colaborador más próximo a Ginés Jiménez, el cabo Carlos, está acusado de casi una decena de delitos, colaboración con una red de prostitución, abusos sexuales, lesiones, delitos contra la integridad moral, robos y sustraciones en registros policiales, prevaricación y simulación de delitos e infracciones contra la administración pública.
Los acusados negaron todos los hechos que se les imputan. Alguno incluso recurrió a explicaciones sorpredentes: "Uno puede mantener relaciones sexuales con una prostituta y que ésta no le cobre. Eso son relaciones consentidas", alegó Alberto Fernández Palacios, abogado del cabo Carlos.
El único delito común de los 15 encarcelados es la asociación ilícita. La banda El Bloque, formada por los policías corruptos, participaba en orgías colectivas, acoso a los locales nocturnos y agresiones sexuales, entre otras de las prácticas investigadas por la Policía Judicial en los últimos meses. "Eran chavales que vivían en el mismo sitio, compartían trabajo y afición por el deporte. Eso no es una asociación ilícita", declaró otro de los abogados defensores.
El caso se destapó, según informó la juez a los letrados, gracias a la denuncia de una prostituta rumana que sufría extorsiones de una red de explotación sexual. La investigación destapó delitos de todo tipo en bares y clubs nocturnos de Coslada. Las prostitutas de locales como El Oasis, Pirámide, Tijuana y Bámbola, reconocieron a los policías detenidos a través de fotografías.
Un clan unido por la afición a las pesas
Con la cara asustada, después de tres días en el calabozo, salió ayer el último de los detenidos que declaró en el juzgado de Coslada. Con vaqueros anchos, sudadera deportiva, barba de varios días y las zapatillas sin cordones, como el resto de los presos del calabozo. Su abogado trataba de consolarle por uno de los delitos de los que acaba de ser preguntado, el tráfico de estupefacientes.Según el letrado, la Policía encontró drogas en su taquilla de la comisaría, que la investigación relaciona con una red de venta de anabolizantes. Se trata de creatina y un medicamento contra el cáncer de mama llamado Aromasil. El precio de esta medicina es de 165 euros cada caja. "Son delitos muy graves, pero tú estáte tranquilo, chaval", relativizó el letrado a su defendido. Unas horas después el detenido, junto a otros 12 más, fue enviado a prisión.
Su arma: la fuerza
La banda mafiosa El Bloque se caracterizaba por su afición al músculo. La edad de varios de los inculpados no supera los 30 años. Según algunos vecinos, acudían a levantar pesas ataviados con una camiseta con el siguiente lema: "El Bloque, culpables hasta que se demuestre lo contrario".
"Son cosas de chavales aficionados al deporte", trató de excusar uno de los abogados defensores. Los encarcelados están acusados de usar la fuerza a las órdenes de su jefe, Ginés Jiménez, apodado el ‘sheriff' de Coslada.
Algunos de estos jóvenes acababan de salir de la academia. Es el caso de David, de 22 años, hermano de otro de los detenidos, el cabo Carlos, de 39, considerado uno de los máximos colaboradores de Ginés. Según uno de los abogados, David meditaba hace tiempo pedir el traslado a otra comisaría. "Sufría mucha presión de los jefes", explicó el letrado.
Ginés Jiménez y el resto de los presuntos extorsionadores pasaron 40 horas en el calabozo del juzgado. Allí coincidieron con delincuentes comunes detenidos por sus ex compañeros estos días en Coslada. Uno de ellos, al salir del juzgado tras un juicio rápido, comentó contrariado: "Tiene narices que el calabozo esté lleno de polis".
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