La producción industrial de España se derrumba y anticipa la recesión

"Cuando las economías caen, lo hacen a plomo". Así de cruda ve la realidad José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, ante los datos que cada día abonan la imagen no sólo de una Europa volviendo a la recesión, sino de una economía mundial de nuevo paralizándose. En ese contexto, las posibilidades de que España salga a corto plazo de la crisis, que no vendrán del consumo porque hay cinco millones de parados y además no hay crédito, y menos del sector público, porque el Gobierno quiere recortar 40.000 millones de euros de déficit, van muriendo a golpe de cifra. La producción industrial española cayó un 7% el pasado noviembre con respecto al mismo mes de 2010, según dio a conocer ayer el INE.

Es el peor dato mensual desde que el desastre económico se echó encima en 2009 pero además demuestra el agravamiento de la tendencia desde el leve crecimiento logrado en agosto (-1,4% en septiembre, -4,2% en octubre) y con la diferencia de que ahora la caída se produce con buena parte de la capacidad de producción sin utilizar. Hasta que no se utilice, las empresas no van a invertir. Es decir, que la inversión (que junto al gasto privado, el público y el neto de exportaciones compone el PIB) tampoco va a ser la que tire de la economía.

El sector exterior ha logrado en el conjunto de 2011 mantener a flote la producción de bienes y servicios pero desde mediados de año volvieron los problemas de crédito por la desconfianza entre los bancos y la recuperación europea frenó en seco. En un contexto de austeridad impuesto por la que debía ser la locomotora, Alemania, el sector exterior español (como el del resto, incluida la propia Alemania) empezó a sufrir en su principal mercado, la eurozona.

Los detalles del dato de producción industrial conocidos ayer demuestran que las exportaciones no logran poner en positivo ninguna rama industrial, "todos los sectores industriales presentan tasas interanuales negativas", explica la nota del INE. Y lo más preocupante es que los que más contribuyen a la caída son los que han mostrado mejor comportamiento en las exportaciones: bienes intermedios y bienes de equipo. En concreto, la producción de bienes intermedios cayó en noviembre un 10%, lo que afectó casi en 3,5 puntos porcentuales a la caída general. La construcción, tanto inmobiliaria como de obra pública, está detrás del desplome, puesto que los principales descensos se dieron en productos básicos de hierro, acero y ferroaleaciones y en la de elementos de hormigón, cemento y yeso.

En cuanto a los bienes de equipo, su producción sufrió una caída en noviembre del 7,4%, afectando negativamente en 1,5 puntos porcentuales al índice general. Cayó especialmente la fabricación de elementos metálicos para la construcción pero también la de maquinaria para usos específicos, que estaba teniendo un buen comportamiento en los países emergentes.

Al menos, en este sector, se mantuvo el aumento de la producción de componentes, piezas y accesorios para vehículos de motor, con Alemania y Francia como principales compradores para sus líneas de producción de automóviles.

Según José Carlos Díez, la caída de la producción industrial permite anticipar una caída del PIB intertrimestral en el último cuarto del año del 0,4%. El Gobierno ya ha hecho pública su previsión de vuelta a la recesión por el encadenamiento de caídas del PIB en el último trimestre de 2011 y el primero de 2012. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, repitió ayer en el Congreso que el país está "al borde de la recesión".

La peor noticia para una economía que quiere confiar su crecimiento a la exportación es que Alemania no está tampoco en buenas condiciones. Aunque ayer la oficina estadística germana Destatis hizo público un crecimiento del PIB del 3% en la totalidad de 2011, la cifra bebe de los buenos datos del primer trimestre del año. Destatis calcula ya una caída en el último trimestre del 0,25% que encaminaría a Alemania a la recesión.

Y con ella va Europa. Lo que creció Alemania en 2011 fue por el consumo doméstico y no precisamente ayudó al resto de países de la moneda única, puesto que las exportaciones germanas crecieron por encima de las importaciones (8,2% frente a 7,2%).

El país germano, que se financia a tasas negativas, metió tal tijeretazo a su gasto público en 2011 que dejó el déficit en el 1%, muy lejos del límite fijado por el Tratado de Maastricht (3%) que además excedió en 2009 y 2010. Es lo que le faltaba a la deuda pública del resto de países del euro para competir con los títulos alemanes que se han convertido en valor refugio haciendo que los fondos de inversión incluso paguen por tener su dinero colocado en ellos.