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Programa contra obesidad no ayuda a las adolescentes: estudio

Reuters

Por Genevra Pittman

Un programa intensivo paraprevenir la obesidad en las adolescentes de Australia no tuvoefecto alguno en la alimentación, la actividad física o el pesoen un año.

Es especialmente durante el colegio secundario cuando laactividad física de las mujeres disminuye, según explicó elinvestigador David Lubans, de la Universidad de Newcastle, NuevaGales del Sur, Australia.

"Estamos peleando contra muchas barreras psicológicas,sociológicas, ambientales y biológicas", dijo por correoelectrónico. "Vamos a tener que desarrollar programas másatractivos, interesantes y que ofrezcan información interesantepara las niñas y las adolescentes", agregó.

El equipo de Lubans realizó un estudio en 12 escuelas deáreas de bajos recursos de Nueva Gales del Sur. Al azar, 357adolescentes de octavo grado participaron de un programa escolarintensivo o no recibieron información nutricional extra nihicieron más ejercicio.

Al inicio del estudio, las participantes pesaban unos 59kilos y cuatro de cada 10 tenían sobrepeso u obesidad.

Durante el año que duró el estudio, las participantes querealizaron la intervención recibieron podómetros para alentarlasa caminar y correr, y se las invitó a talleres de nutrición yclases de gimnasia en el horario escolar y el almuerzo.

La participación de las adolescentes no fue la esperada. Lasjóvenes concurrieron a un cuarto de las clases de gimnasia almediodía y menos de una de cada 10 realizó actividad física omodificó la alimentación en el hogar, según publica Archives ofPediatrics & Adolescent Medicine.

Al año, todas las participantes habían engordado de manerasimilar y tenían un 33 por ciento en promedio de grasa corporal.

Además, tuvieron respuestas parecidas en las encuestas pararelevar cuánto ejercicio habían realizado, cuánto comían y quénivel de autoestima tenían.

Sólo el "tiempo frente a la pantalla" fue distinto: lasparticipantes del programa le dedicaban media hora menos por díaa la TV o la computadora que el grupo control.

El investigador Robert Klesges, del Centro de CienciasMédicas de University of Tennessee, Memphis, dijo que aunquealgunos programas antiobesidad lograron ayudar a adultos aadelgazar, la población adolescente siempre fue una fuente defrustración para los científicos.

"Existe la idea de que nada funciona. Pero debemos ir másallá", dijo Klesges, que no participó del estudio.

Eso incluiría analizar qué dio resultado en los adultos,como las bebidas que reemplazan las comidas o las viandas, paraayudar a los adolescentes que no pueden modificar laalimentación.

O, quizás, usar un enfoque en el que los jóvenes que nologran comer mejor y adelgazar después de unos meses recibanayuda más intensiva, en lugar de que un médico los siga diciendolo mismo, según resumió Klesges.

FUENTE: Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine,online 7 de mayo del 2012.

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