Este artículo se publicó hace 14 años.
Programas contra la obesidad no ayudan a niñas afroamericanas
Por Alison McCook
Un par de estudios nuevosrevelan que dos grandes iniciativas para prevenir la obesidad enniñas afroamericanas no cumplieron su objetivo.
Los programas de dos años de duración incluían consejos yobjetivos prácticos para mantenerse en forma y cuidar la salud oclases de danza regulares combinadas con una intervención parareducir la cantidad de tiempo frente al televisor o lacomputadora.
Pero durante dos años, las participantes, de entre 8 y 10años, engordaron tanto como las niñas que no habían recibidointervención alguna.
Se desconoce por qué los programas tuvieron tan poco impacto,indicó el autor principal de uno de los estudios, doctor RobertKlesges, del Centro de Ciencias Médicas de la University ofTennessee.
Klesges sugirió que "los factores ambientales que promuevenel sedentarismo" y el consumo de alimentos calóricos "quizássuperaron" los efectos del programa.
La obesidad es una epidemia infantil en Estados Unidos y lasniñas afroamericanas son las más vulnerables; una encuestanacional de salud acaba de revelar que un cuarto de las jóvenesnegras son obesas.
El equipo de Klesges siguió a 303 niñas de Memphis durantedos años. Al azar, la mitad participó del programa para prevenirla obesidad (con alimentación saludable, ejercicio e indicacionesa los padres para darles a sus hijos alimentos saludables) y laotra mitad cumplió con un programa alternativo que se concentrósolamente en la autoestima.
Las niñas que finalizaron el programa de prevención tendierona consumir más agua y vegetales, y menos bebidas azucaradas, queel otro grupo. Pero los dos grupos aumentaron de peso ydisminuyeron el nivel de actividad física durante los dos años.
"Las niñas que modificaron su patrón alimentario, peroengordaron igual, posiblemente reemplazaron esas calorías porotros alimentos", indicó Klesges. El próximo paso, dijo elexperto, podría ser alentar a las niñas a reducir el consumototal de calorías.
Las más pequeñas fueron las que más se beneficiaron con elprograma; Klesges sugirió que vale la pena continuar con elproyecto en ese grupo etario. "No hicimos un análisis de costos,pero sabemos que la intervención es viable y podría implementarsea bajo costo", agregó.
En el segundo estudio, publicado también en Archives ofPediatrics & Adolescent Medicine, los autores reunieron a 261niñas negras de Oakland, en California.
Al azar, un grupo recibió una intervención para reducir eltiempo frente a una pantalla combinada con clases de danzaregulares que incluían baile africano, hip-hop y step, mientrasque otro grupo recibió folletos sobre temas de salud de niñas yconcurrió a conferencias ocasionales sobre salud familiar.
También esta vez, ambos grupos engordaron por igual duranteel estudio, aunque las niñas que habían hecho danza mejoraron enotros aspectos de la salud: tuvieron una reducción delcolesterol, los niveles de insulina y los síntomas de depresión.
"Estoy muy contento (con estos resultados)", dijo el autor,doctor Thomas Robinson, de la Escuela de Medicina de la StanfordUniversity.
FUENTE: Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine,noviembre del 2010
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