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Las protestas por los recortes paralizan Atenas

EFE

Atenas, la capital política y económica de Grecia, ha quedado hoy paralizada por una huelga de transportes en protesta por los enésimos nuevos recortes anunciados por el Gobierno para evitar la suspensión de pagos.

Una huelga de 24 horas de enorme seguimiento por parte de todos los medios de transporte público en Atenas y los taxis en todo el país, dejó a los trabajadores y viajeros con pocas alternativas de movilidad.

Los turistas tuvieron que desplazarse al aeropuerto internacional de Atenas por medio de un servicio privado extraordinario de autobús o por medio de vehículos privados.

Pero también se cancelaron 54 vuelos y otros 98 fueron modificados por un paro de tres horas, convocado por los funcionarios públicos, y al que se sumaron los controladores aéreos.

Las huelgas y paros en el transporte y de los taxis se repetirán en forma parcial o total en los siguientes días.

Los controladores aéreos han convocado a una huelga de 24 horas para este domingo y a un paro de cuatro horas (desde las 09.00 a las 13.00 GMT) el miércoles próximo.

El Gobierno justificó su decisión de aplicar nuevos recortes afirmando que no tenía otra alternativa para evitar un quiebra que sería mucho más desastrosa para la población.

"No hay otro camino. La alternativa es la bancarrota, que tendría consecuencias muy duras en cada familia", recalcó hoy el primer ministro, Yorgos Papandréu, tras una reunión en el Parlamento con los diputados de su partido.

Las medidas de austeridad anunciadas han sido recibidas con frialdad, e incluso con abierto rechazo, en parte del grupo parlamentario socialista.

Por su parte, el ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, declaró hoy tras una reunión en Atenas con el presidente heleno, Carolos Papulias, que "la situación es crucial, incluso podría decir, peligrosa (...) ya que Grecia se encuentra en una crisis nacional pero también arrastrada por una crisis paneuropea".

Venizelos lamentó que "por desgracia, la zona del euro no cuenta ni con los reflejos políticos ni con las instituciones que le permitiría manejar tales retos".

"La crisis no es lo que vivimos actualmente, sino que el riesgo de transformarnos en una Argentina de 2000", advirtió Venizelos.

De esta forma ambos dirigentes destacaron que, aunque duras, las medidas de austeridad son mucho mejores que una bancarrota de imprevisibles consecuencias para el país y el conjunto de la Unión Europea (UE).

El Gobierno heleno anunció ayer la inmediata reducción en un 3% (30.000 funcionarios) del total de los funcionarios públicos, que pasan a una "reserva" antes de ser despedidos o jubilados.

Reduce las pensiones a partir de 1.200 euros en un 20 por ciento, mientras que los jubilados con menos de 55 años tendrán que despedirse del 40 por ciento de sus retribuciones.

En los últimos dos años Grecia ya ha reducido su inflado sector público en 200.000 funcionarios, aunque el objetivo es prescindir de otros 150.000 hasta 2015 como parte de sus compromisos con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La Confederación de Funcionarios Públicos (Adedy) y la Confederación de Trabajadores de Grecia (Gsee) han convocado para el 5 y el 19 de octubre a huelgas generales para mostrar su malestar contra los nuevos recortes.

Las protestas no parecen repercutir en la voluntad del Gobierno en aplicar los recortes, y Venizelos reiteró que es "de suma importancia cumplir totalmente con nuestros deberes".

El ministro de Finanzas, tiene previsto continuar este fin de semana en Washington los contactos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la marcha económica del endeudado país heleno.

Tras los progresos alcanzados esta semana en las negociaciones entre Grecia y la "troika" (UE, FMI y BCE) se espera que los supervisores internacionales regresen a Atenas para concluir su informe sobre el ritmo de aplicación de los ajustes, de cuyo resultado depende que Atenas reciba el próximo tramo de ayuda financiera.

Los 8.000 millones de euros de ese tramo de la ayuda son imprescindibles para que Grecia pueda evitar la bancarrota.

Además, el país heleno debe de aplicar medidas que le permitan ingresar 6.000 millones de euros adicionales para cubrir un agujero presupuestario, dentro del programa acordado con la "troika", para reducir el enorme déficit desde el 10,5% del PIB de 2010 al 7,5% en 2011.

Adriana Flores Bórquez

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