Este artículo se publicó hace 17 años.
El próximo día 2, Israel comenzará a reducir el flujo energético a Gaza
Israel comenzará a reducir el flujo energético a Gaza el próximo día 2, informó hoy al Tribunal Supremo el fiscal general del Estado, Menajem Mazuz, quien había paralizado esta medida hasta recibir pruebas de que no causaría una crisis humanitaria.
Mazuz aseguró que las autoridades militares han finalizado los preparativos para asegurar que el descenso del suministro energético no originará una crisis humanitaria entre la población de la Franja, que en un ochenta por ciento come gracias a la ayuda internacional, informa la edición digital del diario "Haaretz".
La Fiscalía agregó que el Ejército "supervisará los efectos entre los habitantes en Gaza de la reducción energética" para evitar que esto suceda.
Esta restricción se unirá a la de combustible, que se viene aplicando desde el pasado 28 de octubre.
Ambas habían sido decididas por el Gobierno israelí el pasado septiembre en represalia por el lanzamiento desde la franja -controlada desde junio por el movimiento islamista Hamás- de cohetes artesanales contra el sur de Israel e impugnadas ante el Supremo por una decena de ONG israelíes y palestinas.
En el informe que presentó el pasado lunes al máximo tribunal, la Fiscalía alegó que estas mermas no "dañarán el mínimo humanitario al que Israel está comprometido".
Las autoridades palestinas serán advertidas con una semana de antelación del inicio de la reducción del suministro de energía.
Gaza depende en un 58 por ciento de la energía que Israel le vende (184 megavatios diarios), mientras que el resto proviene de la única planta propia (33%) -que Israel bombardeó en junio de 2006 y ahora funciona con financiación europea- y de Egipto, que aporta un nueve por ciento adicional.
No obstante, empresas y particulares de la Franja se han ido haciendo desde hace semanas con pequeños generadores para aguantar los cortes de luz que ya sufren a diario.
Algunos barrios de la ciudad de Gaza pasan a oscuras hasta dieciocho horas cada jornada.
En agosto, la franja vivió incluso siete días entre tinieblas cuando la Unión Europea interrumpió su suministro de combustible a la central eléctrica de Gaza ante la sospecha de que el Gobierno de facto de Hamás quería gravar la energía.
Diversas ONG israelíes, palestinas e internacionales acusan al Gobierno de Ehud Olmert de vulnerar el derecho humanitario y castigar a toda una población con estas iniciativas.
Además, recuerdan que Israel no puede desentenderse de la suerte de los residentes de Gaza porque, según la jurisdicción internacional, sigue ocupando ese territorio y, por tanto, es responsable de su población.
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