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El PSOE cierra filas con Griñán tras su agridulce victoria

El PP celebra su 'histórico' acercamiento en votos a los socialistas, pero sigue lejos pese a la crisis

ÁNGEL MUNÁRRIZ

El notable recorte de distancia del PP respecto al PSOE ha convertido la primera victoria de los socialistas en Andalucía con José Antonio Griñán en la presidencia en un triunfo agridulce. “Hay un recorte, pero debemos estar contentos. La crisis es dura para todos los gobiernos, y hemos ganado por 8,11 puntos, manteniendo casi los resultados de las autonómicas”, razona un parlamentario socialista, que recuerda que los resultados suponen “otra derrota más en la mochila de Javier Arenas”.

Los socialistas cerraron filas con el presidente. El discurso oficial describía, incluso, unos resultados “magníficos”. “Hemos aguantado. El PP se ha tirado al barro y ha salido salpicado con la marrullería”, dijo Rafael Velasco, secretario de Organización del PSOE-A.

En las filas socialistas causa preocupación el avance del PP, que incluso mejora los resultados obtenidos en las últimas autonómicas, cuando se situó a sólo 9,5 puntos y 8 parlamentarios del PSOE, aunque sin quebrar su mayoría absoluta. Pero es, en el fondo, una preocupación relativa. Al fin y al cabo, siguen ganando con amplitud también en plena crisis y tras la salida de Manuel Chaves.

Además, el recorte de diez puntos del PP con respecto a las europeas de 2004 (de 18,26 a 8,11) hay que analizarlo recordando el contexto de aquellos comicios, en junio, con buena parte del electorado socialista aún entusiasmada por la victoria de Zapatero.

“Si los resultados de Rajoy o Camps son buenos porque ganan y los de Zapatero malos porque pierde, ¿quién puede decir que el resultado de Javier Arenas, con un millón de parados en Andalucía, es bueno quedándose a 8 puntos?”, reflexiona un dirigente.

El PP andaluz intentó convertir la valoración oficial de los datos en una fiesta. Su victoria en Málaga y Almería, sin precedentes en unas europeas, ratifica su ascenso en la costa oriental. “Imparable” fue la palabra más empleada por Antonio Sanz, secretario general del PP andaluz, que calificó de “histórico” su avance.

En privado, un parlamentario con gran proyección compartía la alegría de Sanz, al tiempo que admitía que el “problema” del PP sigue siendo su falta de socios –una vez enterrados los andalucistas–, lo que les obliga a lograr mayorías absolutas. Éstas, factibles en casi todas las capitales, son hoy día imposibles en unas autonómicas, dado el poder del PSOE en el ámbito rural.

Los conservadores, pese a que no ignoran que tienen muy lejos el Gobierno andaluz, van paso a paso. “La cita clave van a ser las municipales”, afirma este parlamentario del PP, que se pregunta si UPyD pondrá entonces sus votos “al servicio del régimen o del cambio político” en Andalucía.

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