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El PSOE se moviliza para frenar a la derecha

El ruido sobre el liderazgo de Zapatero difuminó el debate ideológico en el Comité Federal

GONZALO LÓPEZ ALBA

La intensidad del ruido de las sirenas llamando a rebato ante el bombardeo de Prisa grupo editor de El País hizo que el sábado pasara casi desapercibido el debate ideológico que se produjo en el Comité Federal del PSOE. 'Pocas veces ha habido intervenciones tan de fondo y con tanta carga ideológica', destacó a Público un dirigente que se incorporó al máximo órgano del partido entre congresos en 1997, cuando Joaquín Almunia sustituyó a Felipe González.

El debate de fondo tuvo como denominador común el planteamiento de que la situación exige 'salir al combate ideológico con la derecha porque lo que está en juego son dos modelos de sociedad: uno apuesta por el sálvese quien pueda; el otro, por que nadie se quede tirado en la cuneta'.

Fue José Luis Rodríguez Zapatero el que levantó en su intervención inicial la compuerta para este debate. Entre las intervenciones que siguieron a la del secretario general, los dirigentes consultados coinciden en destacar las de José Antonio Griñán, José María Barreda y Guillermo Fernández Vara.

El presidente de la Junta de Andalucía, que habló tras Zapatero, reivindicó la igualdad de oportunidades como 'la patria' de los socialistas y 'la mejor inversión', pero también llamó la atención sobre la necesidad de 'poner plazos' a las ayudas del Estado.

Barreda pidió autocrítica sobre la capacidad de marcar la agenda

'Hay que ayudar al que lo necesita, pero el Estado no puede ser la respuesta a todos los problemas. No deroguemos lo importante por lo urgente', dijo Griñán. Lo urgente, según se desprende de sus palabras, es mantener la cohesión y lo importante es cambiar el modelo de crecimiento para que la economía dependa menos del Estado, lo que exige según subrayó no recortar la inversión en I+D+i.

En una línea similar, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, al que Prisa intentó convertir en abanderado de la disidencia, animó a Zapatero a 'arriesgar' y apostar por la innovación ya que, si no lo hacen los socialistas, 'la derecha no lo hará'.

La reforma fiscal para disponer de los fondos necesarios no sólo fue compartida de forma unánime, sino ampliamente argumentada. El lehendakari Patxi López denunció 'la hipocresía' con que se está planteando el debate, porque 'a la mayoría de los que critican la subida de impuestos les importa un bledo la protección social o que se despida a trabajadores'. El secretario general de Valencia, Jorge Alarte, subrayó que 'más cara sería la exclusión social'. Y el de Asturias, Javier Fernández, llamó a actuar 'sin complejos', pero teniendo presente que 'lo importante es a quién se suben para lograr una redistribución justa de la riqueza'.

Griñán apuntó que se deben poner plazos a las ayudas del Estado

El presidente de Castilla-La Mancha introdujo un clásico de la autocrítica, que en otras circunstancias habría tenido más repercusión. Así, señaló la necesidad de 'ser autocríticos sobre nuestra capacidad de marcar la agenda del debate político', con mención concreta a Madrid y la Comunidad Valenciana. 'A vecesentramos demasiado a los temas que marca el PP', opinó.

La carga ideológica del debate se extendió a la forma en que el partido arropó a su número tres, Leire Pajín. 'La derecha no puede entender que una mujer joven (33 años) dirija el partido', subrayó el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, juicio al que se sumó Barreda.

Griñán anticipó la principal conclusión de la reunión: 'Necesitamos un rearme ideológico y una movilización política a todos los niveles'.

El diseño de esta ofensiva, que estará centrada en la explicación de la política económica del Gobierno y del programa oculto del PP, será el objeto de la reunión que hoy celebra la Ejecutiva. 'Va a ser una ofensiva a todos los niveles de la organización', adelantaron fuentes de la dirección.

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