El concejal del PSPV del Ayuntamiento de Valencia Juan Soto ha asegurado que el nombramiento de Salomón Castiel como director de la Mostra de Valencia-Cinema del Mediterrani llega "tarde y sin consenso" y que su "elevado" sueldo de 100.000 al año les avala para "exigir resultados concretos".

Soto ha comparecido hoy después de que la concejala de Cultura María José Alcón anunciara que el ex director del Festival de Cine de Málaga dirigirá la Mostra de Valencia este año, en el que celebra su trigésimo aniversario, en sustitución de Juan Piquer, que ha estado al frente del festival valenciano los últimos tres años.

Soto ha apuntado que "la elevada retribución" de 100.000 euros que va a cobrar Castiel -el doble que el anterior director- avala al PSPV para exigirle "resultados concretos en la gestión, proyección y calidad cinematográfica del certamen y en la consecución de patrocinadores".

Ha criticado que el nombramiento de Castiel "llega tarde y sin consenso", ha recordado que el equipo de gobierno se comprometió a que este cargo fuera acordado y ha alertado de que no ha habido participación del sector audiovisual valenciano en este nombramiento como su grupo consideraba que debía ser.

El edil socialista ha resumido sus peticiones al nuevo director: "rigor, transparencia, dedicación exclusiva y asunción plena de responsabilidad en el proyecto de festival".

"Que no sólo asuma la selección de las secciones y las películas, es decir su contenido cinematográfico, sino también de las galas de inauguración, de clausura, de estrellas invitadas y de obtención de patrocinadores", ha aclarado.

Igualmente, ha confiado en que respete y potencie la identidad mediterránea del festival y ha asegurado que le había gustado escuchar decir a Castiel que "la cinematografía del Mediterráneo no es menor y puede competir y por tanto generar una oferta competitiva y poder servir de base para articular un festival de prestigio".

Soto ha deseado que la llegada de Castiel sea "el revulsivo que necesita la Mostra para salir de la crisis profunda e indefinición" que vive aunque ha advertido que debe hacerse desde "el respeto a un festival que va a cumplir treinta años fiel a una cinematografía y espacio cultural al que no se puede renunciar".