Este artículo se publicó hace 17 años.
Putin aumenta la presión por el escudo antimisiles
El presidente ruso amenaza con retirarse de un tratado sobre armas nucleares
Las relaciones ya bastante tensas, entre Rusia y EEUU recibieron ayer un jarro de agua fría con la última amenaza del Kremlin. El presidente ruso Vladimir Putin recibió a la secretaria de Estado de EEUU Condoleezza Rice en Moscú con el anuncio de que su país estudia retirarse del Tratado sobre las fuerzas nucleares intermedias (FNI). Este tratado, firmado hace 20 años al final de la guerra fría, limita los misiles de alcance corto y medio de ambos países.
Con esta amenaza Putin quiere presionar a Washington para que abandone los planes de montar un escudo antimisiles en Europa del Este. El Gobierno de EEUU dice que este sistema, capaz de interceptar bombas en pleno vuelo, sirve como protección contra posibles ataques de países como Irán. Pero en Moscú temen que el escudo antimisiles socavaría la eficacia de su poder militar, basado en un imponente arsenal de cabezas nucleares.
“Quizás un día usted y yo decidamos que se puede montar un sistema de defensa en la luna”, comentó Putin. Pero la broma no sirvió para romper el hielo. Rice y el ministro de Defensa Robert Gates ofrecieron a sus anfitriones una serie de concesiones. Así por ejemplo, los rusos podrían inspeccionar partes del polémico sistema de defensa.
Una relación muy compleja
Putin, sin embargo, insistió en la necesitad de que EEUU abandone el proyecto del todo. “Como ha dicho nuestro presidente, tendremos que tomar medidas para neutralizar esa amenaza”, dijo el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov después de la reunión con la delegación americana.
Los rusos han propuesto como alternativa el uso común de su base de radar en Azerbaiyán, pero la idea ya fue rechazada por Washington.
“Nuestras conversaciones han demostrado la complejidad y las muchas caras de la relación entre los Estados Unidos y Rusia”, constató Gates. Su colega Rice mostró su lado pragmático: “Encontraremos alguna forma de trabajar juntos”.
La amenaza de retirarse del tratado FNI es la última demostración del nuevo rumbo de la política exterior de Putin, que pretende restaurar Rusia como la superpotencia que era durante la época de la Unión Soviética.
Hace meses Rusia asustó a las cancillerías occidentales al anunciar su retirada del Tratado sobre Fuerzas Convencionales en Europa (FACE). Este acuerdo, firmado en 1990 entre la OTAN y los estados del antiguo Pacto de Varsovia, limita el número de armas convencionales, como cazas, cañones y tanques.
El argumento de los rusos para retirarse también del FNI es que otras naciones de su entorno no han firmado este acuerdo. En Moscú dicen estar preocupados por el aumento de los arsenales en sus vecinos del este y el sur, incluidos Irán, India y Pakistán.
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