Este artículo se publicó hace 17 años.
Putin viaja a Alemania tras amenazar a Europa con dotarse de misiles tácticos
La canciller alemana, Angela Merkel, es la primera dirigente europea a la que el líder ruso, Vladímir Putin, deberá explicar hoy su amenaza de rearmarse con misiles capaces de alcanzar Europa, que expertos militares consideran muy probable.
Dos días antes de viajar a Alemania, Putin añadió otro espinoso tema a la agenda internacional de su cumbre con Merkel, que incluye problemas como el polémico despliegue del escudo antimisiles de Estados Unidos en Europa y las crisis de Irán y de Kosovo.
Al recibir en Moscú a los secretarios de Defensa y de Estado de EEUU, Robert Gates y Condoleezza Rice, Putin amenazó con la posible salida de Rusia del Tratado INF por el que Moscú y Washington hace 20 años acordaron eliminar para siempre sus misiles de corto y medio alcance.
El jefe del Kremlin dijo que Rusia no podrá seguir cumpliendo estos compromisos si el tratado no se universaliza y no se suman a él otros países, inclusive vecinos, que desarrollan sistemas de misiles tácticos.
El portavoz del Departamento de Estado, Tom Casey, comentó que EEUU "seguirá cumpliendo" el Tratado INF, que calificó de "muy importante", y "lamentaría" su abandono por parte de Rusia.
Este es el segundo acuerdo de desarme del que amenaza salir Rusia, irritada por los planes de EEUU de instalar elementos de su escudo en Europa del Este cerca de las fronteras rusas, pues también se propone denunciar el Tratado de Fuerzas y Armas Convencionales en Europa (FACE), considerado piedra angular de la seguridad europea.
Firmado el 8 de diciembre de 1987, el acuerdo INF entró en vigor el 1 de junio de 1998. De duración ilimitada, prevé la eliminación y la prohibición permanente de dos categorías de misiles balísticos estadounidenses y soviéticos, de entre 500 y 1.000, y entre 1.000 y 5.000 kilómetros de alcance.
El abandono del Tratado INF y la instalación de misiles en las regiones occidentales de Rusia es una de las posibles respuestas, mencionadas por expertos militares rusos, al despliegue de elementos del escudo antimisil estadounidense en Polonia y la República Checa.
El jefe del Estado Mayor del Ejército ruso, Yuri Baluyevski, adelantó en febrero pasado que Moscú sopesaba denunciar el Tratado INF, y el comandante de las Fuerzas Nucleares Estratégicas (FNE), Nikolái Solovtsov, añadió que Rusia podría en cinco o seis años producir nuevos cohetes nucleares de medio y corto alcance.
El jefe de la oficina rusa del Centro Internacional de Información de Defensa, Iván Safranchuk, comentó que "hay una muy alta probabilidad" de que Rusia cumpla esa amenaza.
"Es otro argumento y otra amenaza dirigida a Europa. Si EEUU no quiere respetar los acuerdos de control de armamentos, obliga a pagar las consecuencias a sus aliados", dijo el experto a Interfax.
El general Víctor Yesin, ex jefe del Estado Mayor de las FNE, consideró la ruptura del Tratado INF casi inminente, pues "es imposible imaginarse que China, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte acepten la propuesta rusa" de adherirse al acuerdo.
"EEUU entiende perfectamente que esta iniciativa no tiene futuro y podría apoyarla solo a cambio de que Rusia acepte el despliegue de su sistema en Europa", indicó el general.
Explicó que Rusia se siente "maniatada" por este tratado, mientras a EEUU las restricciones del mismo "no le importan, teniendo en cuenta su situación geográfica y la ausencia de vecinos dotados de misiles de mediano alcance".
Agregó que "a EEUU le conviene conservar el Tratado INF, pues limita las posibilidades de Rusia", mientras en eventuales teatros de operaciones su Fuerza Aérea y la Armada disponen de cohetes de crucero en sustitución de los misiles tácticos.
Según Yesin, la solución podría pasar por una modernización del Tratado INF, para permitir a cada parte disponer de entre 100 y 150 misiles de terrestres de mediano alcance, a condición de que sean instalados solo en determinadas zonas del territorio nacional.
El general Víctor Zavarzin, presidente del comité de Seguridad de la Duma, declaró que la existencia de países vecinos dotados de misiles y no limitados por ningún tratado supone "una clara amenaza a la seguridad de Rusia", por ejemplo en la región del mar Caspio.
Más pesimista, el general Leonid Ivashov, ex jefe de cooperación militar ruso, subrayó que la salida del tratado y la reanudación de la fabricación de misiles "conducirá a la confrontación con Europa".
Explicó que "los (norte)americanos no necesitan esos misiles, pues tienen cohetes de crucero, aviación de asalto y portaaviones".
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