Este artículo se publicó hace 16 años.
Quim Monzó desearía votar en contra de los cretinos que viven de la política
El escritor Quim Monzó, que acaba de publicar en castellano su libro de cuentos "Mil cretinos", lamenta que sólo disponga de un voto y reclama el derecho a contar con al menos seis, todos para poder votar en contra de alguien, en concreto contra los muchos cretinos que, dice, viven de la política.
"Es una injusticia que me den sólo un voto. Yo debería tener al menos seis en contra. ¿Contra quien los utilizaría? No sé. Bono, Rouco Varela... Cretinos existen en todos los ámbitos, lo que pasa es que en la política se ven más porque se exhiben mucho más", ha asegurado Monzó en la presentación de la edición en castellano de su libro, publicado por Anagrama.
"Mil cretinos", que aparece seis años después de su última obra "El mejor de los mundos", habla de historias de eso, de cretinos, que Monzó defiende que son ejércitos de personas que se mueven en turnos organizados y garantizando guardias permanentes.
La edad ha hecho, según el escritor, que se le agudice la capacidad para detectar cretinos allá donde va, incluso en los hospitales y los geriátricos, escenarios de muchos de los relatos de su último libro.
El escritor ha reconocido que el libro nace de su experiencia de haber acompañado durante una larga década a sus padres en el tramo final de sus vidas, una etapa de decadencia en la que fue su trabajo de periodista y el humor negro los que le ayudaron a no caer en la depresión.
"He vivido una situación muy especial porque tenía que salvar a dos personas mayores que eran mis padres en contra de su propia voluntad", ha explicado.
Monzó ha recordado cómo le impresionó el olor de los geriátricos el primer día que visitó uno, jornada a la que seguirían muchas otras, y cómo intuyó la posibilidad de explicar historias sobre esos lugares siendo espectador privilegiado de lo que allí ocurría.
Los relatos más tétricos cohabitan con otros de naturaleza muy distinta como el que denuncia la actitud de una mujer en un restaurante que aprovecha la ausencia puntual de su asiento de su compañero de mesa para cambiar su tenedor por otro que acaba de caer al suelo.
El escritor cree que cualquiera que haya pasado por una experiencia similar podría contar anécdotas como las suyas o incluso mejores, y afirma que la única diferencia es que él lleva siempre consigo una libreta en la que va apuntándolo todo.
Todo ese material le ha servido luego para escribir un libro de relatos con el que ha pasado cuentas con el dolor, la vejez y la muerte.
Monzó, que alterna la literatura con el periodismo, ha iniciado ya un nuevo proyecto literario que asegura no sabe todavía dónde le va a conducir, pero que tiene que ver con su infancia y adolescencia.
"Estoy muy tierno, muy tocado y ahora me gusta recordar la infancia y como es muy aburrida, pues hago aparecer cosas que no estaban. Mentir es la base de la literatura", confiesa uno de los escritores catalanes más populares.
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