Por primera vez en la campaña, Anxo Quintana estuvo arropado por más de 2.000 simpatizantes y militantes en un día en que la crítica al PP centró su discurso, acusando a Feijóo de utilizar tres tipos de difamación "la estadística, la mentira y la maldita mentira" e incluso la vida personal "para insultar".

Al PP, dijo, le "molesta" que Galicia se haga respetar en el mundo, que aparezca como un país orgulloso de su cultura y dispuesto a aprender de los demás, que haya una generación de gallegos que quiera criarse en un país con libertad y con respeto a sí mismo.

Por eso, incidió el candidato nacionalista a presidir la Xunta, el PP ha utilizado estas tres modalidades de calumnia, "primero fueron las estadísticas, utilizando las cifras del paro para lanzar un mensaje catastrofista, cuando el abanderado del modelo económico que trajo esta situación fue el mismo PP que ahora se rasga las vestiduras".

Como esto no fue suficiente, continuó Quintana, pasó a la segunda fase, "la mentira lisa y llana", que consistió en trasladar la idea de que no hay necesidad de ir a votar porque todos los partidos son iguales, "campaña dirigida claramente a desmovilizar".

Pasó, relató Quintana, que "esto tampoco llegaba", por lo que optó por "la maldita mentira, la de la difamación, del insulto y de la ofensa incluso a la vida personal en la que se inventa de todo, incluso un accidente para intentar sacarme de circulación", aseguró.

Llegados a este punto "tengo la sensación de haber perdido el tiempo" explicando los cambios de estos tres años y medio y los programas del BNG porque "veo que no hacía falta -señaló- sólo con ver la saña del PP contra el BNG bastaba para ver que estas transformaciones fueron fuertes."

Los poderes fácticos, dijo, quería que fuésemos "un partido bonsai" porque consideraban que el país era "su huerto particular, en el que ellos decidían quien recibe el agua del riego, quien crece y quien se muere".

Pero la cuestión es que el BNG "echó raíces, rompió el tiesto y cometió la herejía de decir al resto del jardín que la tierra es de quien la trabaja, no de quien la cultiva, ese fue nuestro pecado," concluyó el cabeza de cartel de los nacionalistas gallegos.

"¿Queréis de verdad volver atrás y entregar Galicia a quien no la quiere?" preguntó Quintana para, acto seguido, mostrar la papeleta del BNG, partido para el que pidió el voto "de todos aquellos que quieran a Galicia".

La jornada de hoy de la campaña estuvo condicionada por las distintas acusaciones entre el candidato nacionalista, que calificó a Feijóo de "fanatismo ideológico" por querer "cargarse" las galescolas y el Consorcio de Bienestar, y el líder de los populares gallegos, que pidió a Touriño el cese de Quintana por su fotos en un yate con el empresario gallego Jacinto Rey.

Con motivo de su cumpleaños, Quintana, muy coreado durante todo el mitin, recibió, al finalizar el acto, un regalo personal del primer teniente de alcalde, Henrique Tello, que le entregó un retrato de Quintana hecho por coruñés Antón Lezcano, el que estaba grabado el mensaje "Yes we Quin."

El buen ambiente que se respiraba dentro del pabellón deportivo donde se celebró el mitin no evitó que un grupo de personas protestaran en el exterior con pequeñas pancartas en las que se identificaban como "víctimas de las mentiras del BNG."

Los concentrados, alrededor de veinte, indicaron que eran "damnificados" de un parque eólico de Muxía, que está paralizado por la Consellería de Cultura desde hace nueve meses, lo que ha llevado a la concesionaria a no pagar las cantidades acordadas con los vecinos por la cesión de los terrenos para instalar los molinillos.