Este artículo se publicó hace 16 años.
Sin rastro de 15.000 obras de arte
Los archivos de Policía y Guardia Civil guardan miles de robos sin resolver desde hace décadas
Hace sólo dos días, la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional recuperó en La Rioja un tesoro de un valor incalculable. Un matrimonio ocultaba en su domicilio 700 piezas arqueológicas de arte precolombino: colgantes, máscaras, pendientes y figuras de oro; vasijas; mazas de guerra; arcos... El botín procedía de yacimientos expoliados de Perú, Ecuador y Colombia. Y parte de los objetos se vendía después por Europa, a través fundamentalmente de salas de subastas francesas.
También esta semana, y hasta el próximo domingo, la Biblioteca Nacional muestra la exposición Mapas recuperados, en la que reúne los originales robados el año pasado junto a los libros (muchos de ellos ediciones incunables) de los que fueron arrancados. La Guardia Civil aún sigue la pista de tres mapas, todavía desaparecidos.
Estos dos ejemplos ponen de manifiesto una realidad dramática: según cálculos de Interpol, el tráfico internacional de arte mueve hasta seis billones de dólares al año. Sólo el tráfico de drogas y el de armas superan este mercado ilícito. Y España no se libra de este mal.
La Guardia Civil tiene fichadas entre 4.000 y 5.000 obras de arte robadas desde 1980. Son, en su mayoría, objetos, piezas, lienzos y tallas de las que no hay rastro alguno. La Policía, por su parte, cuenta con su propia base de datos, en la que aparecen 10.300 piezas de las que no se tienen noticias. Y eso, a pesar de la estrecha colaboración de los agentes con los anticuarios, marchantes de arte y vendedores.
Aun así, los responsables policiales reconocen que, por regla general, en España no hay robos importantes en el ámbito del arte. Los delitos "han bajado mucho" y la situación con respecto a otros países como Francia e Italia (donde hay hasta 3.000 robos al año) es "privilegiada". Algunos expertos son más pesimistas y no comparten esta idea. Pero las cifras demuestran que las denuncias han descendido en los últimos años.
En este sentido, los investigadores desmontan varias tesis generalizadas: que los ladrones de arte son delincuentes de guante blanco y que muchos de estos robos se hacen por encargo. Al menos, en España esto no es así.
"Suelen ser bandas integradas por pocos miembros. Delincuentes de origen español, con escasos conocimientos artísticos y que en ocasiones causan daños irreparables a las obras que roban", explica el brigada de la Guardia Civil, Jesús Pastor.
Nada que ver con lo que sucedió hace siete años, cuando varios individuos asaltaron el domicilio madrileño de la empresaria Esther Koplowitz, donde sustrajeron 30 cuadros, incluidos lienzos de Sorolla, Juan Gris, Brueghel y Pisarro. El botín fue recuperado.
En España, es improbable que se dé una situación similar. El motivo es sencillo: nadie se arriesga con las obras maestras porque es casi imposible colocarlas en el mercado negro sin dejar rastro. Borja Ybarra, presidente de la Federación Española de Anticuarios, señala que "la gente no quiere líos". "A la mínima sospecha de algo raro, lo comunicamos a las autoridades", indica. La Policía coincide en este punto.
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