Este artículo se publicó hace 15 años.
La ratificación polaca de Lisboa presiona a República Checa
El presidente de Polonia, Lech Kaczynski, firmó el sábado el Tratado de Lisboa, dejando a República Checa como el único país de los Veintisiete pendiente de ratificarlo.
El tratado pretende reformar la Unión Europea, agilizando la toma de decisiones, creando un presidente con un mandato más largo que la presidencia semestral rotatoria actual y nombrando un representante de política exterior. Para entrar en vigor tienen que ratificarlo los 27 estados miembros.
"Solo falta la firma del presidente (checo) Vaclav Klaus. Europa espera ansiosa que esto ocurra. Europa no puede sufrir más retrasos", dijo el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, que ocupa la presidencia semestral de la UE y acudió a la ceremonia.
Klaus estableció sus condiciones el viernes, cuando pidió una exención para proteger a la República Checa de reclamaciones territoriales vinculadas con la Segunda Guerra Mundial y salvaguardar la soberanía judicial.
Polonia y Reino Unido ya tienen cláusulas de exención sobre la aplicación de algunas provisiones de la Carta de Derechos Fundamentales, que adquirirá naturaleza vinculante cuando el tratado entre en vigor.
Al preguntársele sobre si las objeciones de Klaus son una amenaza al tratado, el jefe de la política exterior de la UE, Javier Solana, respondió: "No, esto no es una amenaza al tratado. Estoy seguro de que el tratado será ratificado pronto y que tendrá todos los elementos para avanzar pronto".
La oficina del primer ministro checo, Jan Fischer, saludó la ratificación polaca y dijo que su país ratificará el documento "en un futuro predecible".
El Parlamento checo ha aprobado el documento, pero el presidente debe ratificar los tratados internacionales. El Gobierno de Fisher, que es el que tiene las competencias en política exterior, no se ha pronunciado aún sobre las demandas de Klaus.
"UNIÓN DE ESTADOS SOBERANOS"
Kaczynski, un conservador euroescéptico, firmó el tratado en una ceremonia retransmitida en directo en televisión y celebrada en el palacio presidencial de Varsovia a la que acudieron varios altos cargos europeos, como el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso.
"La UE sigue siendo una unión de estados soberanos, una unión estricta, y dejemos que siga siéndolo (...) En una unión de estados soberanos lograremos éxitos crecientes", declaró el mandatario polaco.
"Ahora tenemos 27 estados miembros. Estoy profundamente convencido de que este no es el final (...) La UE, un experimento exitoso sin precedentes en la historia humana, no puede cerrarse a los que desean entrar (...) no solo en los Balcanes, sino también a países como Georgia".
Polonia, que como República Checa entró en la UE en 2004, también es partidaria del ingreso de su vecino del este Ucrania.
El presidente polaco se había negado a firmar el texto aprobado el año pasado por el Parlamento polaco hasta que no fuera apoyado por los irlandeses en un referéndum. Irlanda finalmente votó "Sí" a Lisboa el 2 de octubre, tras haberlo rechazado el año pasado.
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