Este artículo se publicó hace 17 años.
Raúl Castro habló de Cuba y de Fidel Castro en la Nochebuena
A punto de cumplirse 17 meses de convalecencia del jefe de la revolución, Fidel Castro, el presidente provisional de Cuba, Raúl Castro, aprovechó la Nochebuena para repasar la situación del país y hablar de su hermano en varios encuentros con ciudadanos en Santiago de Cuba.
Aunque no lo hizo en forma de mensaje navideño, Raúl Castro, aprovechó la víspera para señalar en varias intervenciones públicas, difundidas anoche por la televisión cubana y recogidas hoy en medios de prensa oficial, que Fidel Castro se sigue recuperando; destacar los debates de la población y defender el sistema político cubano.
En tono desenfadado y alternando el análisis con las bromas, el ministro de Defensa dijo que el líder cubano, convaleciente de una grave enfermedad que le obligó a delegar sus cargos el 31 de julio de 2006, "está bien, con las limitaciones" derivadas de la enfermedad y tiene una "poderosa mente" y "pleno uso de sus facultades mentales".
"Le consultamos todas las cuestiones principales, por eso todos los dirigentes del Partido (Comunista) defendimos que se postulara nuevamente como diputado de la Asamblea Nacional, como primer paso", dijo.
El comentario de Raúl Castro se produce después de que el pasado día 17 de diciembre su hermano Fidel se refirió por primera vez, en su convalecencia, a su futuro papel en el país en un críptico mensaje.
"Mi deber elemental no es aferrarme a cargos y mucho menos obstruir el paso a personas más jóvenes, sino aportar experiencias e ideas cuyo modesto valor proviene de la época excepcional que me tocó vivir", indicó en la misiva Castro.
"Pienso (...) que hay que ser consecuente hasta el final", agregó Fidel Castro, que no aparece en público desde el 26 de julio de 2006.
En Santiago de Cuba, Raúl Castro destacó las opiniones "de todo tipo" que han arrojado los debates realizados durante las últimos meses en centros de trabajo, barrios y organizaciones a raíz del discurso que él mismo pronunció el pasado 26 de julio en Camagüey, en el que subrayaba la necesidad de acometer reformas estructurales.
"Lo mejor que tuvieron esos millones de opiniones: nadie impugna el sistema, sí critican los problemas y exigen que se resuelvan, con razón (...). Eso estuvo magnífico, nadie impugnaba, todos exigían que se hiciera mejor", dijo.
Afirmó que se han recogido todos los comentarios "los justos y los injustos", y subrayó que eso "es una forma de democracia, una forma de participación de toda la población".
Raúl Castro afirmó que no existen diferencias entre él y su hermano.
Lo hizo en una defensa del sistema electoral cubano, que aprovechó para asegurar que las diferencias entre demócratas y republicanos en EE.UU. son las mismas que hay entre él y Fidel: "ninguna".
Y también cuando subrayó que lo dicho por él en Camagüey, donde hizo un repaso crítico del proceso cubano, reconoció problemas en diversos sectores económicos y llamó a aumentar la productividad, recibió el visto bueno del jefe de la revolución.
"Ese discurso lo aprobó él, completo, menos la parte que yo me salgo del texto e improviso algunas cosas, y lo aprobó sin ponerle un punto ni una coma, cosa rara, porque él siempre me arregla algo", dijo.
Afirmó que en los debates la población criticó "duramente" a los dirigentes, pero señaló que si hay que echarle la culpa a alguien es a los máximos responsables del país.
"(De las críticas) creo que nada más se salvaban Fidel y yo, o por lo menos si nos criticaron lo hicieron bajito, y la directiva tenemos que ser los principales culpables si se le tiene que echar la culpa a alguien", dijo.
Raúl Castro defendió que el sistema cubano no es perfecto y, aunque señaló que no se puede afirmar que ningún otro en el mundo "sea más democrático que el nuestro", el de la isla "tiene que democratizarse más".
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