Este artículo se publicó hace 15 años.
RBS eliminará más empleos y pide que cesen críticas
Royal Bank of Scotland recortará más empleos, advirtió el viernes su presidente, Philip Hampton, quien pidió el final de la "flagelación pública" sobre al banco rescatado por el estado británico debido a sus errores de gestión.
Hampton critica el legado del ex consejero delegado Fred Goodwin en un discurso que dará el viernes en la junta de accionistas, en el que sostiene que la adquisición del rival holandés ABN Amro fue el acuerdo equivocado al precio equivocado.
Ante la indignación pública por la pensión de 703.000 libras esterlinas (unos 771.000 euros) anuales concedida a Goodwin, Hampton indica que el banco recibirá asesoramiento legal para estudiar esos pagos y que el contrato del nuevo consejero delegad, Stephen Hester, asegura que no se volverán a premiar los fracasos.
"Algunas de las prácticas aceptadas en el punto más alto del auge, cuando el banco registraba ganancias de 10.000 millones de libras, no pueden ser aceptables ahora, si es que alguna vez lo fueron", afirma.
Además recalca que se han cancelado el patrocinio de la Formula 1 y la orden de compra de un jet para la empresa.
Los pequeños accionistas de RBS tendrán el viernes la oportunidad de mostrar su enojo sobre el colapso que estuvo a punto de producirse el año pasado y se espera que realicen un gesto simbólico al rechazar el informe del banco sobre el pago a los ejecutivos en 2008.
El Gobierno británico, que se convirtió en accionista mayoritario de RBS en octubre del año pasado tras resucitarlo con una inyección de 20.000 millones de libras de los contribuyentes, ya ha dicho que votará en contra del informe de remuneraciones.
"Comprendo que muchos accionistas desean votar en contra o abstenerse en el voto sobre el Informe de Remuneraciones para dejar constancia de su fuerte rechazo a los acuerdos previsionales de nuestro ex consejero delegado", dice Hampton.
RECORTES
Tras haber anunciado el recorte de unos 2.700 empleos este año al asumir unas pérdidas récord de 24.100 millones de libras en 2008, Hampton dice que es pronto para saber cuántos empleos más se van a perder.
"Solo podemos ser sinceros y decir que esto no va a ser el final de la historia y que se pueden esperar más en Reino Unido y a nivel internacional en el próximo periodo".
Además promete volver a dar dividendos "en cuanto sea practicable" y una revisión completa de las remuneraciones.
"Nuestro nuevo consejero delegado, a petición propia, tiene una cláusula en su contrato que asegura que no recibirá una recompensa si deja la empresa por razones relacionadas con su propio fracaso", asegura.
Aunque el escrutinio de los accionistas y la fuerte desaprobación es comprensible, pide seguir adelante.
"Creo que deberíamos acabar con la flagelación pública", dice Hampton. "Hemos sufrido un importante revés financiero, y los daños colaterales continuados por las críticas públicas sólo se añadirán al problema, no lo resolverán".
Respecto a Goodwin, alabado por la compra de su rival británico de mayor tamaño Natwest en 2001, el presidente de RBS critica la adquisición de parte del holandés ABN Amro poco antes de la restricción del crédito.
Fue la compra "al precio equivocado, el modo equivocado de pagar, en el momento equivocado y el acuerdo equivocado", señala Hampton, y agrega que el banco cree que sin la compra el año pasado habría logrado un beneficio operativo.
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