La propuesta socialista de rebajar 400 euros la cuota que 13,5 millones de asalariados y pensionistas pagan en el IRPF dejará exentos del abono de este impuesto a 1,6 millones de personas, de las que 1,3 millones son asalariados y 300.000 pensionistas.

Así lo explicó hoy el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, en una rueda de prensa ofrecida con el presidente del Banco Asiático de Desarrollo, Haruhiko Kuroda.

Preguntado sobre si los autónomos podrían beneficiarse de esta medida, Solbes indicó que "no es una posibilidad contemplada en este momento".

Fuentes del Ministerio de Economía matizaron que la tributación a la que se someten la mayoría de los trabajadores por cuenta propia -autónomos- es diferente a la de los asalariados, porque es a través de módulos y se imputan los rendimientos del trabajo.

Preguntado sobre cuándo y cómo se aplicará la rebaja, explicó que en un primer momento, tras la aprobación de la citada medida en el caso de que el PSOE gane las elecciones, se "cubriría" la parte correspondiente a los primeros meses del año, y luego, "como es lógico", se aplicaría la deducción mensualmente.

Fuentes del Ministerio precisaron a la prensa que si el PSOE gana las elecciones la norma se podría aplicar ya en junio, de forma que ese mes el contribuyente se beneficiaría del descenso en su retención del IRPF que incluyera el de los meses anteriores -desde enero- y luego ya se le aplicaría la rebaja mes a mes.

El vicepresidente segundo afirmó que esta rebaja es una idea "bien calculada y diseñada", "coherente" con la última reducción fiscal.

Indicó que el Gobierno podría haber elegido otra fórmula utilizando las deducciones por trabajo, pero señaló que esto podría tocar las competencias autonómicas y "tendría más dificultades" técnicas, por lo que se optó por esta fórmula de rebajar las retenciones "que pensamos que es la mejor".

El responsable económico aseguró que esta medida es "realizable" porque su coste sería de unos 5.000 millones de euros y afecta "de forma más ventajosa" a las rentas más bajas y establece "un trato diferencial claro".

Así, señaló que una persona que cobre 12.000 euros al año verá que su IRPF se reduce en un 61 por ciento, mientras que, para la persona que cobre 120.000 euros se reducirá en un 1 por ciento.

En cualquier caso, aseguró que esta medida no está relacionada con los últimos indicadores económicos del año porque no se ha tomado "por razones de urgencia", sino que entra dentro de las previsiones del programa electoral socialista para devolver una parte de los impuestos a los ciudadanos de forma que no aumente la presión fiscal.

Solbes se confeso "optimista" sobre el potencial de crecimiento de la economía española e insistió en que "no estamos reaccionando a problemas específicos".