Este artículo se publicó hace 15 años.
Recuperado un gran mural del maestro gótico Nicolás Francés
Quinientos cincuenta años después de pintado por Nicolás Francés, maestro del gótico internacional, el mural que representa el martirio de San Sebastián, ubicado en la capilla de Santa Teresa de la catedral de León, está recobrando su impactante belleza original.
La obra ocupa unos cuarenta metros cuadrados y estaba prácticamente desaparecida tras padecer agresiones del tiempo y del hombre, humedades e intemperies, pero el "milagro" de la recuperación ha llegado meced a los trabajos emprendidos por Fundación del Patrimonio de Castilla y León.
La restauradora Natalia Martinez de Pisón es quien ha trabajado en este proyecto desde el pasado 23 de marzo, en una tarea que finalizará previsiblemente en unas semanas y que permitirá revalorizar la obra de Nicolás Francés en el templó gótico más emblemático español.
Sobre unas arquerías ciegas, cuyo fondo se coloreó antiguamente de tono rojizo, el mural presenta una logia de aire renacentista que cobija cuatro santos: San Fabián, San Antonio Abad, San Bartolomé y San Antolín, en tanto que en la parte superior aparece una escena del martirio de San Sebastián.
La obra presenta ya resabios del Quattrocento en elementos como la galería de arcadas de medio punto, con decoración de escudos en el arranque de los arcos, que crea una arquitectura que recuerda modelos florentinos.
Las pinturas están especialmente dañadas en las partes superiores y del mediodía, deterioro que se ha debido también a las peculiaridades de la pintura del maestro: "Francés aplicó técnicas de pintura de caballete en la preparación del muro, muy pulido, con una base de cal, yeso y cola orgánica que soporta mal las humedades", afirma la restauradora.
La recuperación de estas pinturas situará a Nicolás Francés como un protagonista esencial de la riqueza pictórica del templo, a quien se deben también los murales del claustro, el del trascoro, así como bocetos para paramentos y vidrieras.
Acostumbrado al óleo y a la miniatura, el maestro Francés realizó unas obras suntuosas, con tonos vivos, tales como los libros de horas, algo que se percibe al examinar aspectos como las cenefas o los nimbos de los bienaventurados en la obra que se está restaurando ahora, según explica Alfonso León, técnico de la Fundación del Patrimonio.
"El pintor -explica- empleó materiales de calidad inusual, para lograr colores como el verde esmeralda, aplicando incluso veladuras al óleo para conseguir una especial intensidad de color".
Según el técnico de la Fundación, la pintura estaba en un momento final, de modo que en la parte superior la iconografía era ya casi irreconocible: "si se hubiera tardado más tiempo en intervenir la salvación tal vez hubiera sido imposible".
Estas labores de restauración han revelado aspectos de la técnica de este maestro del gótico internacional, entre ellos su diseño magnífico, dinámico y suelto que la mayoría de veces no siguió a la hora de aplicar la pintura encima.
"De la multitud de saetas que dibujó en el esbozo del martirio de San Sebastián, sólo una de ellas esta pintada exactamente encima de las del dibujo original. Esto revela una soltura inmensa en su mano", explica la restauradora.
El trazo de aquellos esbozos queda patente al acercarse al muro a la hora de la restauración: el maestro dibujaba primero con un carbón de textura polvorienta y luego la pintura aplicada encima acabó soltándose en muchas ocasiones, revelando las trazas del boceto original.
La obra de Nicolás Francés, por su tamaño y detalle, servirá también para estudiar otros aspectos de la época, desde las armas a las vestiduras.
Para Ramón Álvarez Vega, director de la Fundación del Patrimonio Histórico, la restauración ha sido salvadora de esta obra de Nicolás Francés, en un soporte, el mural, del que hay pocos testimonios, y todos en la catedral de León.
La Fundación del Patrimonio, a la que apoyan las distintas Cajas de la Comunidad de Castilla y León, desarrolla una activa labor de recuperación, y entre sus trabajos próximos figura un retablo gótico de Dueñas(Palencia), la segunda fase de actuación en las Descalzas Reales, en Valladolid, con obra importante del XVII, y el retablo gótico de los Balbases(Burgos).
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