Este artículo se publicó hace 14 años.
Reducir fondos antisida es condenar a muerte, dice un informe
Retirar la financiación de los programas contra el sida en todo el mundo podría suponer que el VIH volviera a convertirse en una condena de muerte para los ciudadanos del mundo desarrollado, según un informe publicado el lunes.
La Coalición Internacional de Preparación del Tratamiento (ITPC) ha descubierto que algunos programas de tratamiento están rechazando pacientes y que las reservas de fármacos contra el sida se están acabando debido a recortes en los presupuestos gubernamentales.
"Los Gobiernos, del sur y del norte, no pueden permitirse dar marcha atrás al reloj y devolvernos a los días en los que el VIH era una condena a muerte", indicó Aditi Sharma, coordinadora del informe.
El texto señala que el Fondo Mundial necesitaría 20.000 millones de dólares (unos 15.000 millones de euros) en los próximos tres años para ayudar a cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas relacionados con la salud, pero que las naciones del G-8 y los demás donantes están advirtiendo de que recaudar 13.000 millones ya sería un esfuerzo.
"Si esta tendencia continúa, el resultado será sufrimiento y muerte para los millones de personas en todo el mundo que viven en la actualidad con el VIH y los millones más que serán infectados este año y en los años por venir", indicó el informe, titulado "Racionar Fondos, Arriesgar Vidas".
También señala a promesas de financiación que nunca se han cumplido adecuadamente o se redujeron debido a la crisis económica.
CRISIS ECONÓMICA
El Fondo Mundial, formado en 2001 con el respaldo de las naciones ricas del G-8, se presentó como un fondo de 10.000 millones de dólares al año para combatir las grandes enfermedades como el sida, pero en realidad sólo ha reunido unos 3.000 millones al año.
El informe, que estudia en profundidad la situación de los enfermos de sida en India, Kenia, Letonia, Malaui, Suazilandia y Venezuela, también acusó al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de utilizar la crisis económica para mantener plana la aportación para PEPFAR, en lugar de continuar con los aumentos interanuales de los años anteriores.
Los efectos, según el texto, ya son visibles y hay pacientes a los que no se atiende en programas financiados por el PEPFAR en África.
Se estima que unos 33 millones de personas de todo el mundo están infectadas con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que causa el sida, y más de la mitad de los 9,5 millones de personas que necesitan fármacos contra el sida no pueden conseguirlos, según la ONU.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que el tratamiento con estos fármacos, llamados antirretrovirales, debería empezar antes, tras la infección del virus, para proteger la salud y evitar la expansión de la enfermedad.
"Nuestro mayor miedo es que tengamos que racionar los medicamentos del VIH para los que ya están recibiendo tratamiento. ¿Cómo le dices a una madre seropositiva que ya no puede tener las medicinas que necesita para seguir viva?", indicó en un prefacio al informe Peter Mugyenyi, responsable del Centro de Investigación Clínica Conjunta de Kampala, en Uganda.
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