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La reforma de sanitaria de Obama salva su primer escollo

La Cámara Baja aprueba por 220 votos, dos más de los necesarios, el proyecto prioritario de Obama en una decisión histórica

ISABEL PIQUER

La Cámara de Representantes aprobó en la noche del sábado (madrugada de ayer, España) por tan sólo cinco votos (220-215) la reforma sanitaria propuesta por Barack Obama, un plan que debería dar cobertura médica a 36 millones de personas. Aunque este es sólo el primer asalto todavía queda una ardua batalla en el Senado, la histórica votación se festejó como una gran victoria en la Casa Blanca.

Si prospera en la Cámara Alta, será el cambio más radical en la gestión de la sanidad en EEUU desde que el Gobierno de Lyndon Johnson creara en 1965 Medicare y Medicaid, los dos programas que protegen a los jubilados y a los más desfavorecidos. La votación fue algo peculiar, un sábado a las once de la noche, y reflejó profundas divisiones políticas: todos los republicanos, excepto uno, Anh Joseph Cao, de Luisiana, votaron en contra; 39 demócratas conservadores se opusieron.

El histórico resultado fue recibido con júbilo en la Casa Blanca

Para conseguir el apoyo dentro de su propio partido, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, tuvo que excluir el aborto de las subvenciones públicas del plan, ante la presión de los representantes más religiosos y pese a las airadas protestas del sector más progresista y de la propia Pelosi. Era eso o quedarse sin reforma, visto el escaso margen de maniobra.

'Durante años nos dijeron que no se podía reformar el sistema. La Cámara ha demostrado lo contrario', proclamó ayer Obama.

El día anterior, poco antes de la votación, el presidente de EEUU se acercó hasta el Capitolio para pujar por su proyecto. 'Cuando firme la ley en el Rose Garden', dijo a los representantes de su partido, 'cada uno de vosotros podrá decir que este fue uno de sus mejores momentos en política'. Un momento que su predecesor demócrata, Bill Clinton, no pudo conseguir en los noventa, pese a sus esfuerzos.

La aprobación del proyecto de ley depende ahora del Senado

Los republicanos criticaron la medida y anunciaron una batalla numantina. 'A este atraco del Gobierno le queda todavía camino hasta llegar a la mesa del presidente. Lucharé con uñas y dientes', advirtió el representante conservador de Texas, Kevin Brady, adelantando la estrategia que seguirá la oposición.

A grandes rasgos, el proyecto (2.000 páginas y más de un billón de dólares en gastos en los próximos diez años) da cobertura médica a 36 de los 47 millones de personas que hasta ahora no tenían (los casi 11 millones de inmigrantes ilegales se quedan fuera); otorga subsidios a los estadounidenses al obligarles a comprar un seguro (público o privado) bajo la amenaza de multa; prohíbe a las aseguradoras negar cobertura médica a nuevos clientes aunque estén ya enfermos ('pre-existing condition'); y amplia Medicaid, el seguro de los más pobres.

El visto bueno de la Cámara de Representantes es sólo el principio de un proceso que podría prolongarse hasta principios de 2010. Ahora le toca al Senado aprobar su propia versión y todas las miradas están puestas en el líder de la mayoría en la Cámara Alta, Harry Reid. El equipo de Obama hará lo posible para que se pronuncie a finales de este mes y empiece la complicadísima negociación para acercar las dos versiones del plan. La batalla no ha hecho más que empezar.

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