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Por las regiones del oriente boliviano

El país andino recupera pinturas centenarias en un santuario jesuíta en San José de Chiquitos e intenta relanzar la Chiquitania, una extensa llanura entre el Gran Chaco y la Amazonia, como destino turístico.

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El santuario jesuítico boliviano de San José de Chiquitos, en el departamento oriental de Santa Cruz, ha recuperado para su patrimonio más de 1.700 metros cuadrados de pinturas murales. El templo, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1990, se terminó de construir en 1748, en la época en los que jesuitas llegaron a Bolivia en sus misiones evangelizadoras de los nativos bolivianos, antes de que fueran expulsados en 1767.

Sin embargo, no sólo sirvió de lugar de culto: su increíble estructura, considerada una de las más bellas entre las construcciones misionales de la zona, cautivó también a gobernadores españoles de las Indias, que llegaron a convertir en su residencia.

Por eso, en el trabajo de restauración se han encontrado hasta nueve capas de pintura, cada una de ellas con su función específica. Se recuperaron figuras geométricas para una función residencial; formas de fauna y flora para quitar el miedo de los indígenas a entrar en un lugar tan diferente a su hábitat natural; pasajes religiosos con objetivo educativo y momentos militares como documento histórico. Sin embargo, lo más destacado es un retrato de 1810 de Fernando VII, precisamente en un año en el que el monarca español no ocupaba el trono.

Todo se inició en 1972, cuando el jesuita suizo Hans Roth llegó a las misiones chiquitanas. Roth, considerado una institución en toda la región, fue el gran artífice de la recuperación del patrimonio chiquitano, que además de las pinturas incluye toda la estructura de los templos, en un trabajo integral que debe servir para relanzar la Chiquitania como destino turístico.

Un trabajo que gestiona el Proyecto Misiones, que pretende convertir esa región en una opción de turismo cultural, religioso y medioambiental. Y uno de los reclamos más importantes es el conjunto misional jesuítico, que además de San José de Chiquitos agrupa a una serie de poblaciones con un denominador común: haber sido polos de atracción para jesuitas durante su proceso de evangelización en Bolivia y el mantenimiento, casi intacto, de sus construcciones y tradiciones.

Las Misiones Jesuíticas en el este boliviano
Estas misiones se hallan en una extensa área del departamento de Santa Cruz, al este del territorio boliviano. Y comprende dos sectores: uno de ellos está lo forman las poblaciones de Concepción, Santa Ana, San Javier, San Miguel, San Ignacio y San Rafael; el otro sector lo integra San José de Chiquitos, la misión mayor.

Se edificaron entre los años 1691 y 1760, y constituyen un ejemplo singular en la historia de la evangelización por su organización comunitaria y por su arquitectura colonial, que se han conservado después de tantos años, a diferencia del resto de las reducciones sudamericanas. Por todo ello la UNESCO las declaró Patrimonio de la Humanidad en 1990.

Los templos de estas reducciones son verdaderas joyas arquitectónicas, y no están abandonados, sino que cumplen su función religiosa en los pueblos. Construidos en el estilo barroco mestizo, presentan bellos murales, altares, y columnas, púlpitos y artesonados tallados en madera. Destacan, además, por la originalidad de su construcción, que se manifiesta tanto en la estructura, como en el color, la ornamentación y los materiales utilizados.

San José de Chiquitos
Fundada en 1698, es la misión mayor, y está ubicada en el sur de la Sierra de Chiquitos. En 1740 se levantó uno de los únicos templos de piedra de toda la zona, constituyendo un gran ejemplo de la arquitectura hispánica.

A un lado de la plaza, se alinea la monumental secuencia conformada, de izquierda a derecha, por las fachadas de la capilla mortuoria, de la iglesia, del alto campanario y del colegio. Los coronamientos curvilíneos, típicamente barrocos, así como los detalles decorativos y el color ocre de la piedra crean una combinación muy particular y sugestiva.

Parque Nacional Histórico Santa Cruz la Vieja
A unos cinco kilómetros del pueblo de San José, se halla esta área protegida de 17.000 hectáreas. La vegetación que predomina es la de las sabanas arbustivas: al sur, chaparral espinoso, característico del Chaco boliviano y al norte, especies de bosques madereros. Entre los mamíferos se encuentran casi todas especies de la fauna chaqueña, como el tigre, el pejichi y el oso bandera, además de numerosas especies de aves.

Pero aquí se halla también el sitio de la primera fundación de Santa Cruz de la Sierra, en 1561. Se conserva el trazado original de la ciudad, que llego a tener cerca de 32 manzanas en forma de damero, con una plaza de armas en el centro.

Lo que fueron estas calles de la antigua Santa Cruz de la Sierra, fundada el 26 de febrero de 1561, se encuentran repletas y casi tapadas de vegetación. Fue en uno de estos pequeños montículos donde Ñuflo de Chávez plantó su espada y bautizó este suelo con el nombre de su ciudad natal, allá en la lejana Extremadura, Santa Cruz de la Sierra.


https://chiquitos.santacruz.gov.bo/
www.villachiquitana.com

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