Las compañías aéreas registradas en el Reino Unido podrán ofrecer a sus clientes utilizar su teléfono móvil en vuelos dentro del espacio aéreo europeo, según planes anunciados hoy por el regulador británico de telecomunicaciones, Ofcom.

Sin embargo, las aerolíneas que deseen introducir este servicio deberán superar además los controles de seguridad de organismos como la Agencia Europea de Seguridad en la Aviación (AESA) y la Autoridad británica de la Aviación Civil (AAC).

Hasta ahora, algunas compañías ofrecían a los viajeros la posibilidad de efectuar llamadas, pero debían utilizar la red de la propia aeronave.

Con los nuevos planes aprobados por Ofcom, los viajeros podrán usar sus propios teléfonos, que conectarán a una subestación de móviles (picocélula) especialmente instalada en los aviones de acuerdo con los requisitos de seguridad.

Según el sistema de telecomunicaciones propuesto, tanto la subestación -que genera una burbuja de cobertura dentro y alrededor del avión- como los teléfonos tendrían que desconectarse durante el despegue y el aterrizaje para evitar interferencias con los aparatos de vuelo.

La subestación de móviles podrá ser encendida por la tripulación una vez que el avión alcance los 3.000 metros de altura, cuando los usuarios podrán hacer y recibir llamadas por la red de la aerolínea que serán reenviadas vía satélite a la red de tierra.

El coste de las llamadas, que será más alto desde el aire, se incluirá en la factura del proveedor habitual del cliente.

Ofcom ha desarrollado este sistema junto con otros países europeos después de un periodo de consultas que empezó con la publicación de una propuesta en octubre del 2007.

"La seguridad de los pasajeros es prioritaria y los sistemas de móviles en los aviones sólo podrán instalarse cuando hayan logrado la aprobación de la AESA y la AAC", dijo el regulador.

Cuando se consiga ese visto bueno, "dependerá de cada aerolínea decidir si existe una demanda de ese tipo de servicios entre sus clientes", añadió.