Los actas de las deliberaciones en el seno del Gobierno británico sobre la legalidad de la invasión a Irak, sostenidas durante el período previo a la guerra de 2003 deben ser dadas a conocer al público, determinó el martes un tribunal.

La publicación de los documentos podría avergonzar al primer ministro Gordon Brown, cuyo antecesor Tony Blair fue acusado por sus críticos de pasar por alto las reservas iniciales de los abogados respecto a lanzar la invasión para derrocar a Sadam Husein.

La oficina de Brown dijo que estaba estudiando su respuesta al fallo, realizado por un tribunal que decide sobre peticiones de dar a conocer documentos bajo las leyes de libertad de la información.

El tribunal dijo que es de interés público dar a conocer las actas de las discusiones del Gabinete.

Los documentos de dos reuniones gubernamentales celebradas en marzo de 2003 podrían revelar si los ministros eran conscientes de un aparente cambio de opinión sobre la legalidad de la invasión del entonces principal asesor jurídico del Gobierno, el fiscal general lord Goldsmith.

Documentos dados a conocer previamente han mostrado que Goldsmith planteó dudas sobre las bases legales de la guerra el 7 de marzo, días antes de que Blair ordenara el envío de tropas británicas.

Diez días después, cuando Reino Unido fracasó en obtener una nueva resolución de Naciones Unidas autorizando una invasión, Goldsmith entregó al Gabinete y al Parlamento un pequeño consejo escrito de que la guerra era legal, y no mencionó dudas.

Blair negó que Goldsmith se sometiese a la presión política, pero partidos opositores acusaron al entonces primer ministro de engaño.

Tanto los demócrata liberales como los conservadores en la oposición han pedido una completa investigación sobre la invasión a Irak liderada por Estados Unidos, a lo que el Gobierno se ha resistido mientras sus tropas permanezcan en Irak.

El Gobierno ha dicho que retirará casi todas sus tropas a finales de julio.

Las actas gubernamentales normalmente se mantienen secretas durante 30 años.