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Las réplicas impiden el rescate en Italia

Reuters

Por Silvia Aloisi y Antonella Cinelli

Los equipos de rescate retiraron el jueves más cuerpos de entre los escombros del peor terremoto que sacudió Italia en tres décadas, desafiando fuertes réplicas con escasas esperanzas de encontrar supervivientes.

La cifra de muertos por el terremoto del lunes en la región central de los Abruzos aumentó a 281 personas, entre ellos los cadáveres de dos estudiantes que quedaron sepultados bajo un dormitorio.

"Estoy aquí por deber, emoción y también gratitud por todo lo que están haciendo", dijo el presidente Giorgio Napolitano a trabajadores de rescate tras visitar una morgue improvisada.

"Con la presencia del presidente, sentimos el apoyo de toda Italia", dijo Cesare Cardozo, sacerdote del pueblo de Onna, donde 39 de unos 250 habitantes murieron.

Temblores sacudieron la ciudad medieval de L'Aquila y aldeas cercanas durante la mañana, dañando aún más los edificios y provocando que las autoridades acordonaran el centro de la ciudad, que soportó lo peor de un sesísmo de magnitud 6,3.

Las réplicas han aterrorizado a muchos de los supervivientes y 17.000 de ellos debieron pasar otra noche invernal en tiendas de campaña, tras perder sus hogares.

Los socorristas reconocen que la esperanza de encontrar a alguien más con vida bajo los escombros de una ciudad que ha quedado devastada se reduce con cada hora que pasa.

"Esperemos que estas réplicas se detengan porque es muy difícil para nuestros trabajadores de rescate y para los supervivientes también", dijo Angelo Cutaia, un responsable de protección civil en un campamento que aloja a unas 2.000 personas a las afueras de L'Aquila.

"La gente aquí no se sentirá segura si la tierra sigue temblando cada noche", agregó.

Muchas de las víctimas eran estudiantes de la universidad de L'Aquila. Al menos 16 niños, incluyendo un bebé de cinco meses, murieron.

El gobernador de los Abruzos, Gianni Chiodi, dijo que unas 10 personas continúan desaparecidas bajo los escombros.

Los equipos de rescate no han encontrado supervivientes en las últimas 30 horas. La última persona rescatada, una mujer de 20 años, fue sacada el martes de entre los escombros.

En casos poco comunes, las personas han sobrevivido más de una semana enterradas bajo los escombros tras terremotos. El Gobierno dijo que la búsqueda continuará al menos hasta el Domingo de Resurrección.

IMPORTANTE CARDENAL EN FUNERAL

El segundo al mando del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, presidirá el viernes un funeral en L'Aquila para las víctimas, que requirió una dispensa especial porque la Iglesia Católica usualmente no celebra misa el Viernes Santo.

Los familiares de los fallecidos ya han comenzado a realizar funerales privados.

El primer ministro Silvio Berlusconi, que declaró estado de emergencia y envió miles de soldados al lugar, encabezó el jueves en Roma una reunión de gabinete que destinó 100 millones de euros de emergencia para la región. La financiación de la ayuda no fue detallada.

La reconstrucción de la región costará miles de millones de euros, dijo Berlusconi.

Un decreto del Gobierno suspendió el cobro de impuestos, así como de las cuentas de electricidad y gas para la región afectada, dijo el Gobierno.

También aprobó ayudas mensuales de un máximo de 400 euros para familias afectadas, y 100 euros más para las personas de más de 65 años o discapacitadas.

Además, está prevista una indemnización de 800 euros mensuales para los "titulares de empresas comerciales, productivas, agrícolas, artesanales".

El ministro de Economía, Giuliu Tremonti, pidió a la asociación de bancos que suspendan los pagos de hipotecas en la zona del terremoto y eliminar o reducir las comisiones bancarias.

Las autoridades afirman que 28.000 personas perdieron sus hogares en el seísmo, de ellas 17.000 ahora viven en tiendas y el resto en hoteles o con sus familiares.

Responsables han dicho que el sismo tendrá un enorme impacto en una región cuya economía se basa en gran parte del turismo, la agricultura y los negocios familiares.

Un cálculo estimó el daño provocado por el desastre en hasta 3.000 millones de euros (2.200 millones de dólares), pero se espera que su impacto en la economía italiana de alrededor de 2 billones de euros sea limitado.

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