Este artículo se publicó hace 16 años.
El representante de la ONU ve poco probable una guerra civil en Bolivia
El enviado en Bolivia del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Vegard Bye, estimó que una hipotética guerra civil "no es muy probable", aunque califica la situación del país como "preocupante".
"La situación es tan preocupante que la gente tiene miedo", dijo Bye en declaraciones a Efe, tan solo horas después de que el Gobierno de Evo Morales declarara el estado de sitio en la región norteña de Pando por la ola de protestas de la oposición autonomista.
Según Bye, a pesar de que en los enfrentamientos entre oficialistas y opositores ha habido al menos nueve muertos en Pando, en Bolivia "no están dadas las condiciones para una guerra civil" por lo que estima que es una "perspectiva no muy probable".
El funcionario de la ONU señaló que, tras reunirse con líderes opositores de Santa Cruz y algún sector afín al oficialismo, estima que existe un "claro interés en el diálogo y en buscar una solución al conflicto".
"Noto más voluntad que en las últimas semanas", dijo Bye y lo atribuyó a que, según él, "parece que después de los incidentes trágicos de ayer en Pando hay más interés de las partes en sentarse.
"En Bolivia, hay una cierta pauta de que cuando hay muertos aumenta la voluntad de diálogo", opinó.
Tras dos días de trabajo en el departamento de Santa Cruz, feudo de la oposición, Bye describe la crisis boliviana como una "confrontación entre regiones, entre el altiplano y las tierras bajas, y entre grupos étnicos".
"Estamos viviendo en gran medida una confrontación entre grupos étnicos y eso es lo que más preocupa", apuntó el diplomático.
Bolivia vive sumida en una ola de protestas de la oposición autonomista que comenzó hace dos semanas con bloqueos de carreteras y ha acabado con la toma sistemática de instituciones estatales en las regiones gobernadas por la oposición.
El enviado de la ONU calificó de "totalmente inaceptable" la toma de instituciones por la fuerza, cosa que ha sucedido en los últimos días ante la pasividad de los prefectos opositores.
Sin embargo, precisó que su institución "no adopta posición con el proceso autonómico", una de las razones que más enconado tiene el debate entre el gobierno y los autonomistas.
Bye explicó, además, que la ONU hasta ahora "había estado un poco al margen" del proceso boliviano, pero que se ha activado su trabajo por "la demanda cada vez más clara de que juegue su papel en la parte política y en la parte humanitaria".
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