Este artículo se publicó hace 15 años.
Las residencias mixtas favorecen el consumo de alcohol y el sexo
Los estudiantes que viven en residencias mixtas de las universidades tienen más posibilidades de beber hasta perder el conocimiento y tener más sexo, de acuerdo con un estudio de Estados Unidos que podría confirmar los temores de los padres.
Un sondeo a más de 500 estudiantes de cinco universidades de Estados Unidos descubrió que los alumnos que viven en residencias universitarias mixtas tenían 2,5 veces más probabilidades de beber semanalmente hasta la inconsciencia que aquellos en dormitorios exclusivos para hombres o mujeres.
Los estudiantes de residencias mixtas también mostraron una tendencia de más del doble que los demás al decir que habían tenido al menos tres parejas sexuales en el último año.
Los hallazgos, publicados en el Journal of American College Health, podrían no ser una sorpresa para muchos universitarios.
"Muchas reacciones que hemos obtenido de los estudiantes han sido del tipo, 'Bueno, nosotros sabemos eso'", dijo el investigador Brian Willoughby, quien realizó el estudio mientras realizaba su carrera en la Universidad de Minnesota en St. Paul y ahora es profesor visitante en la Universidad Brigham Young en Salt Lake City.
Willoughby dijo a Reuters que los hallazgos deberían llevar a más universidades, investigadores y padres a preocuparse por el tema.
Sostuvo que el 90 por ciento de las residencias universitarias de Estados Unidos son mixtas, parte de un abandono de la noción tradicional de que la universidad debería actuar como un reemplazo de los padres y aplicar normas de comportamiento social a sus estudiantes.
"Esta transición a residencias mixtas ha ocurrido sin una evaluación sobre sus efectos", dijo Willoughby.
En el estudio, Willoughby y su colega Jason Carroll descubrieron que más de un 41 por ciento de los estudiantes en residencias mixtas dijeron que bebían hasta emborracharse semanalmente, comparado al 18 por ciento que dijo lo mismo en los dormitorios de colegios para personas de un mismo sexo.
Mientras que un 63 por ciento de los estudiantes de residencias segmentadas dijo que no habían tenido pareja sexual en el último año, eso se aplica sólo a un 44 por ciento en los estudiantes de residencias mixtas.
Entre los estudiantes de residencias mixtas, cerca del 13 por ciento dijo que había tenido tres o más parejas sexuales en el último año, comparado con el 5 por ciento de quienes viven en dormitorios exclusivos para hombres o mujeres.
Willoughby dijo que los hallazgos parecen estar relacionados con la "selección" de la residencia -es decir, los chicos con mayor tendencia a emborracharse y tener sexo tienen más posibilidades de solicitar vivir en una residencia mixta.
Pocos estudiantes solicitan una residencia exclusiva para hombres o mujeres, dijo el investigador, y la mayoría de ellos termina en ellas sencillamente porque sus universidades los destinan a esos lugares.
Willoughby y Carroll consultaron a los estudiantes sobre religión y rasgos de personalidad como impulsividad y extroversión, y descubrieron que esos factores no explican la relación entre los dormitorios mixtos, el sexo y las borracheras.
Willoughby indujo que los dormitorios mixtos podrían fijar explícitamente "normas sociales" distintas a las de aquellos exclusivos para hombres y mujeres.
Los estudiantes, explicó, podrían considerar que quienes viven en residencias mixtas tienen un mayor índice de consumo alcohólico y relaciones sexuales, lo que podría hacerlos más propensos a intentar cumplir esas expectativas.
"No se trata sencillamente de que hombres y mujeres vivan juntos", afirmó Willoughby.
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